“Pasamos la noche con el agua hasta el cuello”
La vivienda de Cruz Elodia Cuesta en Boraudo, en Lloró, está a punto de caerse. En su interior aún habitan tres personas que junto con ella perdieron enseres y cultivos a causa de la inundación que sorprendió, en la madrugada del jueves 20 de abril, alrededor de mil familias que habitan la ribera de los ríos Andágueda y Atrato. “El agua comenzó a subir desde las tres o cuatro de la mañana; nos tocó quedarnos aquí en la vivienda con el agua hasta el cuello porque aquí no hay para donde correr” dice Cuesta, de avanzada edad, con una sonrisa y aparente resignación por las pérdidas materiales.
Bagadó, Lloró y Atrato, son los municipios más afectados. Una joven de trece años apunta hacia la parte alta de la pared de su casa para mostrar el nivel que alcanzaron las aguas del río Atrato, “de milagro estamos vivos”, afirma con voz baja, agradeciendo a vecinos que desde Bagadó les avisaron de la creciente que bajaba desde Andágueda al río Atrato.
En Bagadó el balance fue lamentable. Un deslizamiento arrasó con cinco personas de una misma familia, quienes se dedicaban a la agricultura en una vereda sobre el río Andágueda; dos de ellos murieron y tres quedaron heridos; uno de ellos con una grave lesión en su espina dorsal. Los heridos fueron trasladados hacia el hospital San Francisco de Asís de Quibdó.
Juan Carlos Escarpeta, uno de los sobrevivientes, narró cómo logró salvarse de morir en la avalancha que se llevó el rancho donde vivía, “Escuchamos ruidos, estaba lloviendo mucho, eran como las doce de la noche cuando se vino toda la tierra y palos que nos arrastraron con la casa. Yo alcancé a sacar el brazo izquierdo y después la cabeza, pero los otros quedaron sepultados”. Es la tercera vez que el joven relata lo que pasó a reporteros locales que llegaron a Lloró; allí se detuvo la lancha con los heridos para ser examinados por un médico y dos enfermeras. Con un gesto de dolor, Juan Carlos agacha la cabeza y recuesta su rostro sobre su brazo izquierdo, tiene el derecho totalmente inmovilizado.
Rumbo a Quibdó, en Doña Josefa, municipio de Atrato, todas las viviendas fueron afectadas. Es lo que afirma Rosa María Bejarano quien exige la presencia del gobierno departamental para que alivie a las familias que perdieron sus enseres y que no tienen donde pasar la noche, pues al caer el día jueves, el río continuaba sobre sus viviendas, cubriéndoles hasta las rodillas.
Si las lluvias persisten, la creciente podría afectar a los municipios del bajo Atrato como Munguidó y Riosucio, según la alerta roja de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, emitida 24 horas después de esta emergencia.
El Consejo Municipal para la Gestión del Riesgo de desastres-CMGRD con apoyo de la defensa Civil, la Policía y el Ejército están levantando el censo y verificando las afectaciones para entregar cifras reales.
Por otro lado en el Municipio de Cértegui por crecientes de los ríos Quito y Cértegui, de acuerdo al reporte entregado por la Alcaldía, se encuentra inundado más del 50% de la cabecera municipal, la cifra aproximada es de 150 familias, sin embargo la defensa Civil y la alcaldía están en estos momentos realizando el censo real de las afectaciones.
Hay una alerta naranja por crecientes en el río Atrato y sus afluentes por lo que todos los municipios deben estar en alistamiento preventivo. También se han registrado inundaciones en varias comunidades del municipio de Lloró por crecientes del río Andágueda y Atrato. Aquí hasta ahora sólo se han reportado pérdida de enseres y agropecuarias. De igual forma, se registra Inundaciones en el Municipio de Nuquí y hay dos desaparecidos en el río Jurubirà.