El Chocó redobla su protesta
Para las 10 de la mañana, la ribera del inmenso Atrato en Quibdó, sobre la carrera primera ya se había convertido en un río de gente. En el primer día del segundo paro indefinido del departamento del Chocó en nueve meses el transporte se redujo y el comercio salió a marchar. El alcalde de Quibdó, Isaías Chalá, vigiló con atención cómo transcurría el día a través de las cámaras de seguridad. Fueron entre 70 mil y 100 mil personas, según la fuente, las que salieron a las calles a gritarle al gobierno que cumpla con lo pactado en el paro de agosto de 2016, los mismos compromisos que ha eludido el Estado por muchos años: inversión social, educación, servicios públicos, salud, vías, e infraestructura eléctrica. El Comité del Paro informó que el Gobierno aún no se ha pronunciado, por lo que habrá más protestas este viernes en Quibdó. Desde Bogotá sólo se repite la cifra de 9,2 billones de pesos invertidos en el departamento en los últimos seis años.
El Comité ya no quiere negociar, quiere soluciones. Hedrix Gutiérrez Ibarguen, uno de los líderes del paro, hizo una pausa durante el recorrido para explicar el hartazgo. Explica que desde el viernes 5 de mayo el gobierno ha tratado de persuadir al Comité para viajar a Bogotá, pero ellos han rechazado la invitación. “Les estamos exigiendo de una vez por todas los recursos de los hospitales, que se publique el mapa del Chocó con Belén de Bajirá, los 720 mil millones para las vías, y no vamos a descansar”, exige Gutiérrez mientras el grupo que lo acompaña se alborota frente a la sede del Fondo Nacional del Ahorro; los manifestantes les solicitan a los empleados abandonar la oficina -igual que hicieron en el ICETX, en la Alcaldía o frente a la empresa de energía DISPAC-. El Defensor del Pueblo en Chocó, Luis Murillo, que también se encontraba cerca, trató de calmar a la multitud. Dos mujeres y un hombre salen de la oficina resguardados por otros funcionarios de la Defensoría, la cual es garante de los acuerdos del paro anterior. Murillo asegura que la entidad ha advertido un bajo nivel de cumplimiento por parte del gobierno, además de alertar sobre la “crítica situación de la mesa humanitaria por el accionar de grupos ilegales en el territorio”.
Más adelante, un grupo de estudiantes del colegio Carrasquilla gritan con entusiasmo consignas. Se sumaron al día por su propia iniciativa. Una vendedora de piñas repite las frases de los estudiantes. “Abajo la indiferencia Estatal contra el Chocó. Abajo, abajo, abajo”. La mujer no recuerda la última vez que ejerció su derecho al voto pero dice que ‘apoya’ el paro porque entiende que es por el desarrollo del Chocó.
Lo mismo piensa un selecto grupo de teatreros, un gremio que en el Chocó recoge a unas 200 personas. Los artistas llevan sus rostros pintados con los colores de la bandera del Chocó: verde, amarillo y azul; van caminando de espaldas durante todo el recorrido. Wilson Díaz Chaverra explica que lo hacen así para recoger los pasos equivocados. “Las artes escénicas hemos sido engañadas, nos hemos engañados nosotros mismos cuando votamos por los mismos”.
Ayer hubo marchas masivas en otros puntos del Chocó, como en Istmina o en Condoto. En Quibdó, por ejemplo, la zona norte necesita una alta inversión social y de infraestructura; en sus 26 barrios muchas familias viven en precarias condiciones, hay un alto desempleo y muchos no tienen acceso a la salud. La falta de oportunidades es motivo suficiente para que Luis José Mosquera Rivas, presidente de la Asociación Comunal No.1 (Zona Norte), y decenas de vecinos más salieran a protestar: “Este es un paro justo, somos las comunidades quienes sufrimos las consecuencias de que el gobierno no cumpla con las obras”.
En la noche del miércoles, tras un intenso día, el Comité en pleno decidió que los puntos en salud, vías, infraestructura y Belén de Bajirá siguen siendo las prioridades de la agenda. Para este viernes 12 de mayo se programó una marcha con un recorrido mucho más extenso; la multitud saldrá desde el parque Centenario hacia la Universidad Tecnológica del Chocó pasando por el aeropuerto hasta llegar al centro nuevamente. El comercio permanecerá cerrado y el transporte restringido.