El lote (público) del apóstol Portela

El líder religioso de la Iglesia Cristiana Misión de Restauración y Avivamiento de las Naciones se apropió de un terreno municipal de Pereira para ampliar las instalaciones de su centro sin que la Dirección de Bienes Inmuebles planteara ningún mecanismo de control para vigilar su uso

Trabajo fruto del la colaboración con Tras la Cola de la Rata

Los jueves, la Iglesia Cristiana Misión de Restauración y Avivamiento de las Naciones se llena de fieles para atender el servicio ministerial del apóstol (así se denomina) Pablo Portela Chamie. En una enorme bodega convertida en auditorio sus seguidores confían en poderes que curan la ceguera, la invalidez, las molestias de audición, entre otras conductas milagrosas, y asisten masivamente a la iglesia que ocupa casi una manzana completa de la carrera 6 entre calles 34 y 35.

Tan numeroso es el público que algunos vecinos se quejaron pues los vehículos obstruyen las calles circundantes. Por eso, el apóstol Portela habilitó un lote aledaño a su bodega para que sirviera de parqueadero, además, instaló ahí una planta eléctrica que soluciona las dificultades del culto cuando se corta la energía. Lo llamativo es que aquel terreno no era suyo, sino que era propiedad del Municipio de Pereira (ver escritura).

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Quizá esto tenga que ver con las buenas relaciones de Pablo Portela con diferentes políticos locales y nacionales, que son bastante conocidas. En su iglesia recibió en campaña a Víctor Manuel Tamayo y al expresidente Álvaro Uribe, y también apoyó a Juan Calimán, candidato a la alcaldía de Cartago. Se supo de su respaldo con votos para las fichas del senador Enrique Soto y el mismo pastor reconoce que los políticos lo llaman a pedirle favores (ver video).

Una subasta muy rápida

El lote de matrícula inmobiliaria 209-161713 pertenecía a un globo de terreno más grande que fue adquirido por el Municipio en el año 2002 para ampliar el local del Cuerpo de Bomberos y continuar el trazado de la calle 34 conectando las carreras sexta y quinta. En 2007 la alcaldía hizo una actualización de linderos y el terreno en mención quedó denominado como “Lote 3”, con un área de 1.190 metros cuadrados. Colinda por el occidente con la bodega donde opera la Iglesia de Portela, al sur con la carrera sexta y al oriente con la calle 34. Es un solar esquinero y plano en una zona de gran valor inmobiliario (ver foto satelital del lote).

Aduciendo que su iglesia necesitaba un espacio para “programas de desarrollo y labor social en beneficio de la comunidad”, el pastor Pablo Portela solicitó en comodato este lote a la Alcaldía de Pereira, que le fue concedido el 22 de agosto de 2012 por dos años no renovables con el contrato de comodato número 2133. El contrato establece que la iglesia no iba a pagar ningún tipo de arrendamiento, simplemente se comprometía a devolverlo en iguales condiciones asumiendo el gasto de los servicios de agua y luz. Dicho en otros términos, la Alcaldía le cedía a un particular un lote de su propiedad, del tamaño de una piscina olímpica, totalmente gratis. Sin embargo, el contrato estipuló muy claramente que el plazo de dos años no sería renovable (ver contrato).

Lote

La Dirección de Bienes Inmuebles no planteó ningún mecanismo de control para vigilar que el uso dado al terreno estuviera en consonancia con los supuestos programas de desarrollo en beneficio de la comunidad, como debería ser toda vez que se trataba de una propiedad pública. Pasando por el lugar podía apreciarse que el lote se había convertido en parqueadero privado de la Iglesia, lo que fue confirmado por el mismo apóstol Portela en un oficio dirigido a la oficina de Bienes Inmuebles de la Alcaldía donde explicó que el lugar estaba siendo ocupado por una planta eléctrica y 160 vehículos. El interventor del contrato fue Alexander Granados, quien entonces ejercía el cargo de secretario de Desarrollo Social y político.

El 20 de noviembre de 2014 vencía el plazo del comodato, por lo cual el terreno debía volver a las manos del Municipio. Pero el apóstol Portela se negó a devolverlo. En su lugar pidió una prórroga de un mes que le fue otorgada violando los términos iniciales y fijando la entrega para el 6 de enero de 2015. Una vez se agotó aquel plazo, Portela argumentó que no había conseguido locales vecinos en arrendamiento para trasladar la planta eléctrica de su Iglesia, entonces solicitó una nueva prórroga de cuatro meses. Ana Ilse Barragán, en representación de la dirección de Bienes Inmuebles, le concedió una nueva prórroga de tres meses, al cabo de los cuales Portela se negó de nuevo a desalojar el lugar. Increíblemente la dirección de Bienes Inmuebles volvió a extender de modo irregular el comodato, por tercera vez, con un nuevo plazo de 15 días, en esta oportunidad sin prórroga, toda vez que el lote entraría a un proceso de subasta pública. La ley dice que para subastar propiedades públicas estas no pueden hallarse ocupadas ni usufructuadas

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