Llamarle empleo a estar ocupado

El Gobierno está contento. La tasa de desempleo ha caído medio punto en septiembre de 2016 hasta situarse en el 8,5%. Pero… ¿por qué llamamos empleo a lo que sólo es ocupación?

Los expertos consideran que un país tiene pleno empleo cuando el porcentaje de personas activas que no trabajan se sitúa por debajo del 5%. Colombia se acerca. Según los datos hechos públicos por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) el desempleo ha caído al 8,5%, medio punto menos que en septiembre del año 2015. En realidad, todo es un asunto de semántica… y de ficción. Si el desempleo es del 8,5% eso debe significar que el 91,5% de la población activa tiene un empleo. ¿es eso así o se trata de algo más complejo?

El desempleo, en la forma de medirlo en Colombia, no corresponde a las personas que no tienen empleo, sino a las que están desocupadas. ¿Hay tanta diferencia entre una palabra y otra? Pues sí, estar empleado significa tener un contrato de trabajo y ser sujeto de todos los derechos laborales que ello comporta: salud, cotización al sistema de pensiones, riesgos laborales, vacaciones, etcétera. Pero, según el propio DANE, de los 22.092.000 colombianas y colombianos que están ocupados casi la mitad (un 48,5%) está en la informalidad. Es decir, hay 10.714.620 de personas que trabajan pero no tiene empleo y, por tanto no tienen derechos. Escudriñando las cifras oficiales también se puede ver que un 26,5% de los que trabajan consideran que tienen pocas horas, poco salario o que su puesto no corresponde a sus competencias (subempleo subjetivo), otro 10%, de hecho, están en esas condiciones (subempleo objetivo).

También hay otras cifras que pasan desapercibidas. El DANE considera empleadas a las personas que trabajan en el hogar sin remuneración (un 3,9% del total o unas 861.000) y, por encima de todo, considera como empleadas a los 9.499.560 colombianos y colombianas que declaran trabajar por cuenta propia. Aquí está el gran bolsón de la informalidad: trabajar por cuenta propia sin tener las coberturas básicas, sin derecho a enfermarse, sacando la venta de empanadas a la puerta de la casa o haciendo trabajos de forma no legal. En Colombia se puede trabajar sin declarar, pero el DANE sí recoge en sus estadísticas estos “trabajos” informales como “empleos”.

Las ciudades más golpeadas por el desempleo que mide el Gobierno han sido en septiembre Quibdó (16,6%), Cúcuta (15,1%) y Armenia (13,9%).

¿Qué sectores nos ocupan?

Al analizar el mercado “laboral” -o sería mejor hablar del mercado de la “ocupación”-, el país muestra una dependencia del sector donde se concentra la informalidad y la inestabilidad laboral. El 27,9% de las personas ocupadas trabajaban, a septiembre de 2016, en el sector del comercio, los hoteles y los restaurantes, que es también donde se ocupa el 43,5% de los empleados informales. El siguiente rubro es el de “servicios comunitarios, sociales y personales”, con el 19,6%; el de actividades “agrícolas, ganaderas, caza, silvicultura y pesca”, con el 16,3%; y el de la industria manufacturera, con el 11,3%. Las “minas y canteras”, una de las locomotoras económicas propuestas por el Gobierno, sólo proporcionaban en septiembre un 0,97% de todos los empleos, apenas 215.000 personas encontraba su ingreso en el sector.

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