#NiUnaMenos: de la ‘ideología de género’ a la violencia de género
El asesinato de la joven argentina Lucía Pérez ha conmocionado América Latina. En Colombia un vídeo inundaban redes sociales y periódicos en las últimas horas, el del futbolista Hanyer Mosquera agrediendo a su pareja dentro de un ascensor. Son casos que pasarán de las noticias a engrosar las estadísticas y esas estadísticas dicen que durante 2015 cada tres días fue asesinada una mujer en Colombia por sus parejas o exparejas, y el promedio se mantiene en 2016. Falta de recursos, retroceso en los campos en los que se había avanzado hacia la equidad por polémicas y “satanismos” como la mal llamada ‘ideología de género’, la edad cada vez más joven de las víctimas, o la falta de protección real tras la denuncia están detrás de las cifras y en el punto de mira de la alerta de las asociaciones de mujeres.
Esta semana Colombia se sometía al examen periódico del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Delegados de la ONU informaban a El Espectador de que pese a la respuesta del Estado colombiano, la violencia contra las mujeres sigue siendo un problema grave y que preocupan los niveles de impunidad en los casos de violencia sexual. En 2015 Colombia aprobó la ley 1761 por la que el feminicidio pasaba a ser un delito autónomo. En su primer año, en el país únicamente se dictaron 4 condenas, se formalizaron 29 escritos de acusación, 44 imputaciones de cargos y 52 indagación, según los reportes de la Fiscalía General de la Nación.
En 2015 se realizaron 22.155 exámenes médico legales por presunto delito sexual. En el 85,2% las víctimas eran mujeres. La edad media de las víctimas de 12,45 años
En 2015 se registraron 47.248 casos de violencia de pareja, según las cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, una tasa del 119,24 casos por cada 100.000 habitantes. El 86,66% de las víctimas era mujer y en el 76,6% de los casos el presunto agresor fue su compañero permanente o una expareja. En 2015, 114 mujeres murieron a manos de esas parejas o exparejas. En los nueve primeros meses de este año, la cifra de casos de violencia intrafamiliar llega ya 38.107, lo que supone 8.782 casos mas que el año pasado, según datos adelantados por Carlos Valdés, el director del Instituto, quien resalta tres aspectos; que la mayoría son casos de violencia contra la mujer (los celos son la principal causa) y menores; el alto índice de reincidencia de la violencia de género (un 80%) y «el aumento de la severidad» de las lesiones causadas. Bogota, Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca son los lugares con mas casos de violencia contra la mujer, lugares donde los «hay mas competitividad en los roles hombre y mujer».
“Las cifras de feminicidios son más que una estadísticas”, insiste Laura Bellido de la Fundación Mujer y Futuro de Bucaramanga, que reitera la obligación que tiene el Estado de garantizar una vida libre de violencias hacia las mujeres y de prevenir de una forma efectiva los riesgos de feminicidios a los que se ven enfrentadas. Advierte de que pese a las denuncias previas, se producen asesinatos porque los hombres siguen creyendo que sus mujeres les pertenecen y recuerda el caso reciente de Sandra Marcela González, quien fue asesinada en Bucaramanga en un lugar público y el agresor había anunciado a amigos y redes sociales que iba a agredirla, “pero se tomó como una amenaza más, se naturalizó el hecho”. Las agresiones a las mujeres son una vulneración sistemática de los Derechos Humanos, muchas denuncian pero el Estado falla en su protección, “las autoridades tienen el deber de protección pero no han sido efectivos, las mujeres no interesan”.
El hogar, el terror
Las cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses recogen que 33.125 casos de violencia contra la pareja en 2015 se dieron en el hogar, lo cual corresponde al 70,22%; otros 11.205 casos fueron en vía pública. El año pasado, al igual que este, los días más ‘violentos’ nvan de la tarde del viernes a la noche del domingo. Los departamentos con mayor número de casos totales corresponden a Bogotá D.C. (11.259); Antioquia (4.809); Cundinamarca (3.590); Valle del Cauca (3.487); y Santander (2.379). Pero si se compara con su población los números más dramáticos saltan en lugares como Leticia (Amazonas), con una tasa de 422,47 por cada 100.000 habitantes, Sogamoso (Boyacá) 393,73; en Yopal (Casanare) 530,94; en Ubaté (Cundinamarca) 460,37; en Inírida (Guainía) 395,05 o en Puerto Carreño (Vichada) 429,15.
Diana Duque, del colectivo Estudios de Género de América Latina, reconoce que la ley 1761 de hace un año y la 1257 de 2008 han ayudado pero aún queda mucho camino por recorrer. “A pesar de la labor de pedagogía y de que se han ganado espacios, sensibilización, y que se identifique y se denuncie la violencia basada en el género, es preocupante la disminución de fondos” destinados a luchar contra este problema. Y esa disminución de recursos implica un retroceso en lo avanzado hasta ahora. En Bucaramanga, por ejemplo, se ha puesto en marcha un proyecto piloto ‘Código rojo’, para hacer seguimiento de las mujeres en riesgo de ser agredidas “hay voluntad –indica Laura Bellido- pero se necesita apoyo estructural de las autoridades”.
Hay otro hecho sobre el que Duque llama la atención. Que aunque algunas cifras de agresiones disminuyan, aumentan las que se producen entre mujeres jóvenes, de menos de 24 años, que son “más vulnerables y las que menos herramientas de defensa tienen”. El informe del Instituto de Medicina Legal de 2015 recoge que en 18.995 casos el factor desencadenante de la agresión es la intolerancia y el machismo. ‘Forensis 2015’ recoge que durante el año 2015 se realizaron 22.155 exámenes médico legales en Colombia por presunto delito sexual (60 al día y un incremento de 1.040 casos con respecto al año anterior). En el 85,2% las víctimas eran mujeres. La edad media de las víctimas de 12,45 años.
Satanización y estigmatización
Y en medio de todas estas cifras, de muertes y víctimas con nombres y apellidos, el debate público se enciende con la mal llamada “ideología de género” en los Acuerdos de Paz, donde el contenido real es “enfoque” de género, o con las inexistentes cartillas de educación sexual en los colegios. “Se está naturalizando la violencia, porque son figuras nacionales las que están estigmatizando a quienes trabajamos en defensa de las mujeres y de la igualdad. (…) Parece que volvemos a principios del siglo XX”, lamenta Laura Bellido que hace hincapié en el retroceso que implica. Diana Duque cree que “cuando ven que avanzamos hay un escándalo, un show mediático, para que la gente no se informe”. “Sólo se sataniza, no hay debate, no nos dan espacios, sí al procurador (Alejandro Ordóñez) o a todos los histéricos, pero no a las organizaciones de mujeres”. “Y no nos vamos a quedar quietas”, insiste la responsable de Estudios de Género en América Latina que llama la atención en los retrocesos que puede implicar no solo en recursos sino para el trabajo desarrollado sobre otras cuestiones como el aborto, la educación no sexista o la adopción y el matrimonio homosexual.
Este miércoles Argentina ha llamado a manifestaciones masivas, a un paro cívico, y el mundos se une a través de las redes sociales con hashtag como #NiUnamenos o #VivasNosQueremos. En Bucaramanga hay un paro en la Universidad Industrial de Santander mientras la FMF insiste en su campaña ‘Sin ser asesinada’, en la que las mujeres reclaman el derecho a tener una relación, a trabajar o a ser libre sin ser asesinada.
En Colombia, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) del 2010 evidenció que el 6% de las mujeres encuestadas entre los 15 y 49 años fueron forzadas a tener relaciones sexuales por parte de personas distintas a sus esposos o compañeros. ONU Mujeres denuncia que el feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres en América Latina siguen en aumento y la aplicación de la justicia continúa siendo limitada, con 98% de impunidad. De los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14 son de América Latina y El Caribe.