Asesinado un comunero nasa de Corinto
El comunero Javier Oteca, uno de los nasa que forma parte del proceso de liberación de la Madre Tierra en Corinto, ha sido asesinado este miércoles a manos de personal del ingenio azucarero de la hacienda Miraflores, según la denuncia hecha pública por el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que resalta que la agresión se ha producido a “escasos metros” de donde se encuentra el Ejército y la Policía Nacional. La Guardia Indígena ya ha detenido a cinco personas, todas ellas trabajadores de la hacienda Miraflores.
Javier Oteca era un nasa del Cabildo de Corinto, perteneciente al territorio ancestral de Santa Elena, y tenía 44 años. Participaba en el proceso de liberación desde el año 2014 cuando se inició este movimiento que pretende dar solución al problema de tierras en la zona rural y el incumplimiento del Gobierno. En una de estas acciones, que consisten en sustituir la caña de azúcar por plantaciones de alimento, estaba hoy cuando fue abatido. Según el CRIC, Oteca era un hombre que “motivaba y se preocupaba por el grupo que lideraba. Pero hoy en la realización de este ejercicio fue asesinado y ahora descansa en el seno de la madre tierra”. Las autoridades tradicionales del territorio ancestral de Corinto López Adentro responsabilizan «al gobierno nacional y al ingenio INCAUCA, del vil asesinato del comunero y Liberador Javier Oteca Pilcue, en la Hacienda Miraflores Quebrada Seca». En un comunicado hecho público el jueves 23, las autoridades piden, además, el «no tratamiento militar a las exigencias legítimas de los derechos fundamentales por parte de las comunidades, como el acceso a la tierra».
El Consejo Regional Indígena denuncia, además, que en todas las mingas y trabajos comunitarios realizados desde que inició este proceso de liberación “se han presentado agresiones por parte del personal de las haciendas a los liberadores” y “ataques” de la fuerza pública con agresiones a los nasa, destrucción de cultivos y ranchos, y “les han disparado indiscriminadamente y ahora los asesinan”.
Por todo ello exigen a la Fiscalía General de la Nación, Procuraduría y Defensoría del Pueblo, que investiguen este asesinato, determinen quiénes son los responsables materiales e intelectuales y que sean castigados “enérgicamente”, con el fin de que este hecho “no quede en la impunidad como han pasado con muchos casos del movimiento indígena”.
Asimismo, hace una llamado a las Defensoría del Pueblo y a Alto Comisionado para los Derechos Humanos, la OEA y demás organismos nacionales e internacionales defensores de derechos humanos, para que se pronuncien sobre los hechos de violencia que se está presentando con los comuneros indígenas del Norte del Cauca en ejercicio de liberación de la Madre Tierra.
“Es indignante el asesinato de un compañero indígena quien por defender los derechos colectivos del pueblo nasa, tenga que sufrir las consecuencias que enlutan al movimiento indígena”, se lamenta el CRIC.
El asesinato se ha producido justo en el momento en el que se estaba celebrando la Asamblea del plan de Vida Cxha Cxha Wala (Fuerza Grande) del Cabildo Indígena de Corinto a la que estaba convocado el Gobierno nacional para conversar sobre el plan nacional de erradicación y sustitución de cultivos de uso ilícito, y que “irrespetuosamente no hizo presencia y su respuesta una vez más, es la agresión y la muerte”, explica la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca.
Estos recuerdan que la liberación de la Madre Tierra, además de ser un mandato ancestral, es “un derecho legítimo de las comunidades, que a pesar del dolor, la persecución y la muerte se mantendrán firmes en los puntos de liberación”. En el norte del Cauca, cientos de nasas han ocupado 2.000 hectáreas en fincas y tumbado unas 1.000 hectáreas de caña de azúcar en un proceso que busca recuperar espacio, salud y dignidad para pueblos cada vez más arrinconados en tierras altas e improductivas.
Este jueves esta convocada una audiencia pública a las 2 de la tarde en Corinto en la que participarán las autoridades indígenas del Norte de Cauca y la comunidad en general.
El de Oteca es el cuarto asesinato de defensores sociales en el Cauca desde el inicio de 2017, el octavo desde el 1 de diciembre de 2016 en que comenzó la implementación de los acuerdos de paz. Este departamento es el que más víctimas tiene de dirigentes comunitarios, seguido por Antioquia, Córdoba y Cesar.