Conmovedora carta ante el paro del 21N: ‘Temo que me dejen sin brazos para escribir, mutilado mentalmente…’

El gran paro nacional convocado inicialmente por las principales centrales sindicales para el 21 de noviembre ya no está circunscrito a los sectores populares tradicionalmente criminalizados por el Estado. Desde el cantante Carlos Vives -aunque le tiembla el trino- hasta la recién ‘coronada’ reina de belleza de Colombia, María Fernanda Aristizábal, han llamado a marchar este jueves próximo; la muy conservadora Conferencia Episcopal colombiana ha hecho público un comunicado en el que respalda con ciertos requiebros semánticos la protesta ciudadana ante la “corrupción, la inequidad social, el desempleo y la imposibilidad de amplios sectores para accedera los servicios básicos de salud, alimentación y educación”. Pero hay testimonios individuales que tienen la fuerza del alma que los sostiene.

Esta pasada semana, en Santander (España), un colectivo local que lleva el nombre de la novela de José Eustasio Rivera: La Vorágine, recibía una carta brutal: “Somos muchos y a muchos están matando, masacrando. Somos muchos y antes de que me masacren, les escribo, pues después ‘para qué’. Mientras respire, todo se puede decir y mientras nos silencien podemos escribiros a Santander (…) Somos muchos y podemos mañana ser menos, al ser masacrados por una derecha infame que, como animal acosado, dispara a todos los frentes, hasta agotar sus casi inagotables proyectiles”.

La carta está firmada por un investigador universitario de Medellín que ni pide nada, ni busca respuesta, sólo comunicar su desazón, su frustración y su desgaste ante el fracaso gradual de los intentos de construir paz en el país: “Como en los años de José Eustasio Rivera, vivimos sumergidos en la violencia. El nombre de la Vorágine resume toda la historia política del siglo XX colombiano. No ha habido, sino para sesudos historiadores, un antes y un después. No: hay una continuidad de un trauma que devora, que consume, que seca las fuentes de la vida y arrebata toda dignidad humana”.

“En esto estamos, como en esa escena espeluznante de la gran novela, en que se corta con machete las dos manos a un poblador, que levanta sus brazos, y de sus muñones mana sangre como de una fuente oriental. Somos esa fuente oriental que desde hace un siglo mana sangre a borbotones, sin cesar, y que no desperdicia oportunidad para dar a esa manantial macabro motivos como alegre espectáculo de can can”.

Pero, explica el autor: “Les escribo, no sin angustia, en una hora de cambio, sin que se note el cambio. Hay gente rebelde como siempre la ha habido, pero es una hora especial. Millones de gentes van a salir a decir no a este gobierno, no a este Estado, no a estos empresarios de mierda, criminales, déspotas, cínicos, desvergonzados, corruptos hasta las heces, ahítos con sus chequeras con cuentas en el Chase Manhattan Bank y en el Deutsche Bank (no sé exactamente si estas son sus sedes bancarias, pues no estuve comprometido en los Panamá Papers)”.

La carta prosigue: “Nos enfrentamos a un Paro Nacional el próximo 21 de noviembre que, de antemano, está criminalizado. Saben que al momento que las derechas se ven acosadas, como el mamífero superior moribundo, se muestran más peligrosas. Así que la derecha da coces, muerde, pierde todos los escrúpulos, los que nunca ha tenido pero que reclama a los demás”.  

“Esta derecha colombiana tiene sus sicarios, sus sicarios a sueldo y sus sicarios de banco, sus sicarios morales y sus sicarios profesores, sus sicarios jueces. El sicariato es una industria enorme y enormemente rentable. No temo caer bajo la balas de ese sicariato. No temo y temo. Temo que me dejen sin brazos para escribir, mutilado mentalmente para no poder protestar contra mis odios fundados”.

“El odio en mi caso, como en los que vamos a salir a marchar este próximo 21 de noviembre, no es el odio del resentido sino el odio contra el cacique de vereda y contra el cacique de farándula que ordena a matar despiadadamente, manda a asesinar y manda a la soga a quien se interponga a su omni-poder”.