La sociedad civil exige un papel «determinante» en la negociación con el ELN
La sociedad civil ha vuelto a demostrar su implicación con el proceso de negociación entre el ELN y el Gobierno, que este martes 7 de febrero arranca públicamente en Ecuador. Como ya lo hicieron el pasado, y fallido, 27 de octubre cientos de líderes, lideresas, académicos y miembros de organizaciones se han trasladado hasta Quitó para proponer su propia ruta de participación, una participación que reclaman “protagónica y no secundaria”, “determinante y activa”, y que la metodología que adopte la mesa entre la guerrilla y el Gobierno se concierte con ellos. A su juicio, su voz en este nuevo proceso es “un imperativo y un reto”.
En estas horas previas a la instalación de la mesa oficial, los principales líderes de la sociedad civil presentes en Quitó ofrecieron una rueda de prensa en la Casa de Cultura, que ha sido declarada “territorio de paz” en un acto con presencia de la guardia cimarrona y campesina y en la que su vicepresidente, Gabriel Cisneros, resaltó la paz como “propuesta para dignificar al ser humano”, y ha planteado que la cultura no es viable si no se defiende la paz y los derechos humanos. En sus palabras, un recuerdo para Alberto Luna Tobar, conocido en Ecuador como el «obispo de los pobres», que acaba de fallecer.
Juan Carlos Houghton, del Congreso de los Pueblos, señaló que el mecanismo que cree la mesa de diálogo debe ser pactado con la sociedad y que esa participación debe ser “transformadora y no inocua, con pactos locales que impliquen transformaciones”. Debe ser «protagónica y no secundaria» y que se convierta en un ensayo de democracia en Colombia, “decisoria, de diálogo con todos los sectores”. Las transformaciones que esperan desde el Congreso de los Pueblo “no son la revolución” que se vaya a firmar en una mesa sino unos cambios “mínimos necesarios”.
En la misma línea, Luis Fernando Arias, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), habló de participación “activa y determinante”, con un carácter “casi vinculante”, y advirtió de que “el éxito de las negociaciones depende del impulso de la sociedad para una paz completa con justicia social”, y que todo ello requiere que la sociedad se movilice en esa exigencia. “La negociación es entre dos enemigos, pero es la sociedad la que ha puesto los muertos”, recordó Arias, que reclamó una convergencia y un consenso de los distintos sectores sociales y políticos.
Paz con justicia social y equidad
Las palabras de la sociedad civil van más allá de su participación, se centran en definir los fines y los resultados que busca esa participación. “Colombia está por cerrar un ciclo de guerra que no empezó con las guerrillas”, indicó Hernán Cortez, vocero del Proceso de Comunidades Negras (PCN). Por ello reclamó una democracia plena y un Estado justo y consideró que los más de tres millones de víctimas afrocolombianas “quieren una Colombia pacífica y equitativa”.
Un deseo que Marylen Serna, integrante de la Mesa Social, plasmo en la reclamación de una “paz con justicia social”. A su juicio, es necesario transformar las políticas económicas y sociales mediante el diálogo, la concertación y la movilización. Su propuesta de ruta de participación pasada por un proceso de sensibilización entre los diferentes sectores; un pacto político que resulte del diálogo nacional y la implementación de los acuerdos que se logren pactar. “Hoy estamos dispuestos a participar teniendo en cuenta las propuestas de las comunidades”.
El apoyo a las negociaciones de paz con el ELN fue una nota común en todos ellos que esta tarde, en un acto político cultural, entregarán al Gobierno y el ELN su propuesta de ruta de participación.