Un Nobel de Paz cargado de obligaciones
“Es el presidente [Juan Manuel] Santos el que ahora debe elegir: o pone en marcha de forma decidida los acuerdos de La Habana o cede ante el ex presidente [Álvaro] Uribe y negocia un acuerdo a espaldas del país”. José Antequera, uno de los cinco representantes de las víctimas que figuraba en la candidatura conjunta al premio Nobel de Paz, tiene claro que la concesión final del galardón a nombre del presidente de la República, Juan Manuel Santos, es una buena noticia para Colombia. “El Comité [del premio] lo que ha hecho es concentrar en la persona que puede ahora ser decisiva el respaldo a toda Colombia”. Antequera, hijo del homónimo líder de la UP asesinado en 1989, recalca la contundencia del comité noruego que en el comunicado anunciando el premio hace referencia al delicado momento que vive el país: “El hecho de que la mayoría de los votantes dijera no al acuerdo de paz no significa necesariamente que el proceso de paz esté muerto. El referéndum no fue un voto por o contra la paz”.
Leyner Palacios, líder de Bojayá que también estaba nominada en la postulación conjunta, ha asegurado que «Noruega en el fondo reconoce al país que ha sufrido y que le ha apostado al país. No lo ganamos [el Nobel] directamente las víctimas, pero el premio de cierta manera sí es un reconocimiento a nosotros». Palacios cree que el premio obliga a Santos «a cumplir la solicitud de las regiones afectadas por el conflicto y esas regiones le están pidiendo que los acuerdos se implementen ya».
El Comité ha premiado a Santos entre 376 nominaciones (228 personales y 148 correspondientes a organizaciones), aunque ha aprovechado para matizar que es “un tributo al pueblo de Colombia que, a pesar de las grandes dificultades y los abusos, no ha perdido la esperanza en una paz justa, a todas las partes que han contribuido al proceso de paz”. Y aunque el premio se ha centrado en el presidente, el Comité de Oslo también ha hecho un guiño a las víctimas: “Este tributo es también, en no menos medida, a los representantes de las innumerables víctimas de la guerra civil”. Los Nobel cargan ahora de obligaciones a Santos y las víctimas, también.Y en esa lista de obligaciones el Comité explicita una, que las partes en la negociación, Gobieerno y FARC mantengan el cese al fuego bilateral.
La madrugada colombiana se ha visto sacudida por la noticia y, desde primeras horas, se producen las reacciones. Santos, a las 7 de la mañana, se ha dirigido al país para entregar simbólicamente este premio a las víctimas del conflicto armado: “Esta honrosa distinción no es para mi, es para todas las víctimas del conflicto. Juntos ganaremos el premio más importante de todos que es la paz”. Palabras para las víctimas, que según presidencia del Gobierno también fueron las primeras transmitidas por Santo al Comité cuando le fue comunicado el premio.
El presidente también hizo extensivo el premio «a los negociadores de ambas partes”, mientras que la otra parte, las FARC, desde La Habana, se pronunciaba en términos similares. El asesor de la guerrilla, Enrique Santiago, felicitaba a Santos y destacaba que el premio es un reconocimiento al “acuerdo de paz y a las vítimas”, y el máximo comandante de las FARC, Timoleón Jiménez -Timochenko- a través de su cuenta en twitter, aseguraba que “el único premio al que aspiramos es de la #Pazconjusticiasocial para #Colombia sin pamilitarismo, sin retaliaciones ni mentiras”. En el mismo sentido Iván Márquez confiaban en que el Nobel de paz «le de al Presidente Santos fuerza para darle vida al Acuerdo Final y dignidad a todos los colombianos»
Jesús Flórez López, acompañante del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, aseguraba esta mañana que la concesión del premio a Santos es un hecho “positivo porque el que salió confirmado es el Acuerdo de Paz”. Iván Cepeda, senador y miembro del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, felicitaba esta mañana a Santos pero también abrazaba a través de un mensaje en las redes sociales al “pueblo colombiano” y a las FARC-EP.
Mientras las víctimas hacían suyo el Nobel y apostaban porque Santos utilice este patrimonio político cargado de obligaciones para que lo pactado en La Habana pueda concretarse, Álvaro Uribe, el ex presidente y cabeza visible del ‘No’, ha felicitado al mandatario a las 6:58 a.m. a través también de las redes, pero aprovechando para meter su mensaje en contra de lo negociado: “Felicito el Nobel para el Presidente Santos Deseo que conduzca a cambiar acuerdos dañinos para la democracia”. José Antequera recordaba esta mañana, sin embargo, que “el ex presidente no quiere renegociar, sino acabar con los acuerdos y hacerse con la Presidencia”. Por eso Antequera, como otras víctimas, considera que el Nobel “fortalece a Santos” pero no para cualquier cosa. “Creo que el presidente ha elegido la senda correcta al escuchar a esos sectores que dicen representar al No aunque no representen a nadie, pero el premio Nobel de la Paz le debe empujar ahora para hacer realidad los acuerdos de paz”.
La candidatura conjunta que se había presentado al Comité de los Nobel incluía, además de a Santos, a Timoleón Jiménez, como líder de las FARC, y a cinco víctimas en representación del resto: el propio José Antequera (genocidio UP), Jineth Bedoya (violencia sexual), Leyner Palacios (víctimas afro de Bojayá), Luz María Bernal (falsos positivos) y Constanza Turbay (víctimas de las FARC).
Tras el varapalo del ‘No’ en el plebiscito, Juan Manuel Santos, recibido entre aplausos por los periodistas citados en Presidencia, recuperaba además de optimismo. Y ha lanzado un contundente :»Gracias a Dios la paz está cerca. La paz es posible. Es la hora de la paz».
Horas más tarde, el comandante en jefe de las FARC, Timoleón Jimñenez-Timochenko, se pronunciaba en términos similares y describía el premio como un reconocimiento al pueblo colombiano: «Ganar la paz es la gran victoria de todos los colombianos. Como firmante de los acuerdos de La Habana y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo, estoy seguro que este premio constituye un homenaje a la lucha de cada una de las víctimas de este cruento conflicto de más de medio siglo».