De los Chulavitas a los GAO
La violencia paramilitar ha teñido de sangre los pueblos de Colombia y de vergüenza parte de su historia política. Oficialmente ya no hay paramilitarismo, pero el Acuerdo de La Habana reconoce la necesidad de desmantelarlo. Toca hacer memoria, mientras la Corte Suprema lanza duras críticas contra “silencio cobarde o pagado” que permitió su expansión