Las FARC reconocen que los acuerdos “no son la panacea”

Los comandantes de la guerrilla que está a punto de firmar un histórico acuerdo de paz con el Gobierno no quieren que nadie se engañe: lo acordado no soluciona los problemas del país, tan solo abren una puerta a “seguir peleando” en un marco democrático
Paco Gómez Nadal  | Sabanas de Yarí

Cada día que pasa, la X Conferencia Nacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) van perdiendo rigidez. Del silencio o las palabras retóricas del inicio a ciertas pistas de cómo la organización armada interpreta los acuerdos alcanzados en La Habana y de cómo visualizan el futuro inmediato. “Los acuerdos no son la panacea. Son solo una puerta para seguir peleando las reivindicaciones históricas de Colombia en la calle”.

Pablo Catatumbo, por segunda vez vocero designado de la Conferencia, no quiere que nadie se llame a engaño: “Las FARC dio una pelea dura, pero todo el mundo sabe que el Gobierno se negó a discutir el modelo económico. Lo que sentimos es que ahora se abre la puerta para que la gente luche por defender los territorios con condiciones democráticas para esa oposición”. Las carencias del documento pactado no pasan inadvertidas en esta asamblea de una semana que reúne a algo más de 200 delegados de las FARC. “Hizo falta [en los acuerdos] haber incorporado más elementos sobre el extractivismo”, reconoce por ejemplo Pablo Catatumbo, miembro del Secretariado y del Estado Mayor.

Pero el comandante de 63 años cree que hay una oportunidad única para que “después de 200 años de conflictos y guerras civiles, los colombianos podamos resolver nuestros problemas de forma democrática, pero eso no excluye la lucha de armas y yo preveo que ésta se amplíe para seguir luchando”. “Los acuerdos generan unas herramientas [para que se amplíe el marco democrático] pero está todo por construirse”. Todo en un Estado, que según cree las FARC, “está descuadernado, por eso crece la criminalidad en todos los sitios y hay mafias para casi todo”.

De paras y disidencia

Catatumbo, en línea con lo que expresan los guerrilleros de base y otros comandantes, cree que “el paramilitarismo es tal vez la mayor amenaza a los acuerdos, es la mayor amenaza para los colombianos, para la democracia”, y por eso ha destacado todas las herramientas que figuran en el acuerdo para tratar de atajarlo: un gran acuerdo político nacional “para dejar de revolver política y armas en este país”, las unidades especiales de la Fiscalía y de la Policía, o la revisión de todo el aparato legal –que, según las FARC, favorece la existencia del paramilitarismo-.

El vocero oficial ha confirmado que este lunes de nuevo, los 51 delegados que han intervenido en la Conferencia han mostrado su apoyo a lo acordado con el Gobierno y quizá por eso se ha atrevido a decir con rotundidad que “la totalidad de las FARC lo va a ratificar y se va a comprometer con lo pactado”.

La disidencia interna a los acuerdos parece haber quedado lejos de estos Llanos de Yarí. Catatumbo aseguró que el “sector” del Frente Primero que se ha declarado públicamente contrario a los acuerdos fue invitado a la Conferencia, pero no quisieron venir. En el total de “la guerrillerada, ese sector del Primero es mínimo”.
En su tercer día de sesiones la Conferencia ha vuelto a verse convulsionada por la llegada de los seis presos políticos que completan un total de 22 autorizados por el Gobierno para estar en los Llanos del Yarí hasta que termine la asamblea de las FARC.