Matan a otro líder indígena en el Chocó
Hace unos años algunas organizaciones se fijaron en el alto índice de suicidios que se producía en el resguardo Catrú Dubasa-Ankozó. Cada año dos o tres casos y una veintena de casos fallidos. Una misión de la Organización Panamericana de la Salud concluía que el conflicto armado y la ubicación de las comunidades de este resguardo, en pleno corredor del narcotráfico eran el núcleo del problema. «Entre las causas identificadas se encuentra en primer lugar la falta de comida y la incapacidad de poder alimentar a sus familias, lo que ha llevado a hombres y mujeres a terminar con sus vidas desesperanzados por no poder darles un bienestar a sus hijos (…) El pueblo Emberá Dobidá ubicado en los ríos Dubasa y Catrú se encuentran en una real crisis de supervivencia que los han llevado a tomar alternativas como el suicidio para escapar de sus problemáticas».
Pero esa crisis de supervivencia también se ha traducido en los últimos años en desplazamientos forzados, desplazamientos masivos y hostigamiento. Ayer 24 de octubre, Aulio Isarama Forastero, el gobernador de este resguardo, ha sido asesinado tras ser sacado a la fuerza de su comunidad. Los primeros testimonios de la comunidad es que los autores podrían ser miembros del ELN, aunque este extremo no ha sido confirmado y tendrá que ser el Mecanismo de Veeduría y Verificación del cese al fuego entre Gobierno y Guerrilla el que compruebe los hechos. Es el segundo líder indígena que ha sido ejecutado en menos de un mes en el Chocó, ya que el 7 de octubre aparecía el cuerpo de Ezquivel Manyoma, también embera dóbida, exgobernador, líder comunitario y promotor de salud en el resguardo comunidad Dabeiba Queracito, municipio de Medio Baudó.
La Mesa Indígena del Chocó ha relatado así los hechos en Catrú: «Hacía las 5:00 pm, del 24 de octubre de 2017, el gobernador Aulio Isarama Forastero, se encontraba realizando las actividades en su Comunidad, cuando aproximadamente cinco hombres armados identificados con prendas del ELN, del frente Resistencia Cimarrón, lo intimidan y se lo llevan bajo engaño, diciendo que van a hablar con los jefes de ellos. Alrededor de dos horas después, la comunidad escucha varios tiros, a lo que creen fue en ese momento cuando acabaron con la vida de la Autoridad Indígena. Posteriormente, este grupo armado envía la razón a la Comunidad, que pueden ir a reclamar el cuerpo». El ELN, en una comunicación hablada, ha dicho que está «haciendo las averiguaciones» pero que duda que ninguno de sus hombres haya participado en este asesinato. «No creemos que ninguna estructura nuestra tenga que ver con eso. Todas nuestras estructuras han acatado el cese al fuego».
#ATENCIÓN: Asesinado gobernador indígena del Resguardo Catru Dubaza Ancoso del Alto Baudó, Chocó. Continúa el exterminio con los Pueblos. pic.twitter.com/jMQGPEBFmE
— ONIC (@ONIC_Colombia) 25 de octubre de 2017
La situación de las decenas de comunidades del resguardo Catrú Dubasa-Ankozó es invisible. En 2014, después de brutales choques entre paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas y guerrilleros del ELN supuso el desplazamiento forzado de 3.400 personas de las 5.539 que el DANE tiene registradas en este resguardo. Una vez de regreso la situación no ha mejorado. Los campos minados impiden que los pobladores cultiven y la crisis alimentaria es severa. Este mismo año, en marzo, se produjo el desplazamiento de casi 500 indígenas hacia Pie de Pató y el entonces Defensor del Pueblo en Chocó, Luis Enrique Murillo, advertía: “hay un contexto de disputa territorial que sostienen las AGC con el Eln, que se pelean el territorio y la gente. Los Gaitanistas han avanzado mucho y ganado terreno en la zona y eso ha costado muchos muertos”.
La Mesa Indígena del Chocó también ha denunciado hoy el secuestro en el mismo resguardo del docente indígena, Jhon Eriberto Isarama Forastero. Según informan, el secuestro se produjo el
7 de octubre, aproximadamente a las 8:00 de la noche, y también lo atribuyen a «hombres
armados identificados con prendas del ELN, del frente Resistencia Cimarrón». Según la mesa que reúne a las cinco organizaciones indígenas chocoanas, no se ha sabido nada hasta ahora del secuestro porque los autores «le quitaron los celulares al resto de los indígenas de la Comunidad, para que no denunciasen los casos». A la fecha no se tiene ningún tipo de información del paradero de este docente.