Aida Quilcué: “Que nos judicialicen a los veinte mil”

La histórica lideresa indígena Aida Quilcué tiene la historia en su cabeza y en sus pies. Cree que el 'círculo vicioso' de las protestas es provocado por unas élites a las que "se les volvió un vicio matar indios, negros y campesinos para sacarlos de sus tierras".

Aida Quilcué es una mujer pequeña y maciza que se volvió célebre porque lideró varias de las mayores protestas indígenas que enfrentaron los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez. A la cabeza del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) durante varios años, y ahora como consejera de derechos humanos de la Organización Indígena de Colombia, Quilcué ha sabido mantener una posición firme y coherente en defensa de los derechos y territorios de los pueblos originarios; además, hace parte de la comisión política de la minga indígena encargada de dialogar con el gobierno el levantamiento de la protesta que ya ajusta veinte días. Conversamos con ella en uno de los puntos de bloqueo que la minga mantiene sobre la vía Panamericana.

—El gobierno está en una clara táctica de dilación a ver ustedes cuánto aguantan. ¿Hasta cuándo van a aguantar?

Nosotros en épocas anteriores aguantábamos un mes, dos meses, si eso es lo que quieren no hay problema, vamos a estar aquí. La decisión está en manos del gobierno.

—Si usted tuviera que explicarle al país rápidamente por qué los pueblos se levantaron en minga ¿Qué le diría?

Primero, tenemos unos puntos políticos que tienen que ver con el derecho a la Madre Tierra y la protección del territorio. Hoy el gobierno colombiano mercantiliza con mayor fuerza nuestros territorios. Las licencias que estaban entregadas a las multinacionales se han hecho más evidentes, ya no es solamente exploración y explotación del petróleo, sino también fracking. Y está en riesgo la vida, porque si está en riesgo el territorio está en riesgo la vida de los pueblos. Ese es uno de los puntos. Además, nos están matando sin necesidad de movilizarnos, pues llevamos muchos líderes indígenas, campesinos, afro y urbanos, a todos los que pensamos diferente en el país nos están matando. Esa ha sido una de las razones por las cuáles la minga ha salido, no es como lo dice el sector privado, que se nos volvió un vicio y una costumbre salir a protestar, pues también les quiero decir a ellos que se volvió un vicio y una costumbre matar indios, matar negros, matar campesinos para sacarlos de sus territorios.

Por otro lado, hemos venido a reivindicar los derechos que nos han despojado. No es un secreto para nadie que las normas que se legislan ponen en riesgo la consulta previa y las consultas populares (con las que las comunidades habían parado los megaproyectos extractivos en sus territorios), ya la Corte Constitucional dijo que las consultas populares no tenían piso jurídico. En las calles de la ciudad el que vende empanadas y el que compra se va para la cárcel, entonces los ciudadanos se tienen que dejar morir de hambre. Esa debería ser una lectura para defender los derechos, porque acá los derechos se están desmantelando.

En estos cinco días de diálogo nos pusieron la Procuraduría al lado. A nosotros no nos disgusta la Procuraduría al lado, pero si nos disgusta que la Procuraduría le haga seguimiento a una minga, ¿por qué no le hacen seguimiento a los corruptos del país, que si se gastan la plata del pueblo? Y ahora nos han dicho que nos van a hacer seguimiento a las transferencias: que lo hagan a los alcaldes que se han robado las transferencias de los indígenas.

—Ustedes tienen más de mil acuerdos firmados con muchos gobiernos, y esos acuerdos suelen quedarse en el papel. La comunidad sale, tapa la Panamericana una, dos semanas, algún ministro viene y firma y eso nunca se cumple. ¿Cómo saben que ahora va a ser diferente?

Como dijeron ellos, eso se volvió un círculo vicioso. Pero fueron ellos los que nos volvieron así. Cuando nosotros salimos en el 2014 pedimos que nos implementaran los sistemas de salud y educación propia. Nos aprobaron eso en el Plan de Desarrollo, pero luego para que se volviera un decreto nos tocó movilizarnos. Entonces, cada vez, para que se cumpla un acuerdo nos toca movilizarnos. Ahora nos toca pelear por la implementación de un decreto para que funcionen los sistemas de salud y educación. Pero bueno, no solamente nos movilizamos en la carretera, también nos movilizamos en el territorio, por eso hemos comenzado a implementar autónomamente esos sistemas.

—Hay un sector de la comunidad que cuestiona movilizarse por plata: más tierra, más transferencias, pero el orden de cosas sigue igual… Algo dijo en ese sentido el 26 de marzo la congresista del Centro Democrático María Fernanda Cabal, que era una pelea por contratos y tajadas para los líderes…

A veces nos estigmatizan a nosotros los líderes. Que nos investiguen, que nos digan qué propiedades privadas tenemos. La única propiedad que tenemos es la propiedad colectiva, pero acaso ¿no podemos tener una casita por ahí hecha con el sudor propio? ¿Eso es malo para el país? Lo segundo: yo creo que juzgan a la dirigencia indígena según lo que ellos sí hacen, porque ellos tienen millonarios contratos. Entonces, lógicamente tenemos que pelear por nuestras reivindicaciones, a veces se habla desde la perspectiva de ellos, no desde la perspectiva de los pueblos.

—Duque dice que no viene hasta que no destapen la carretera y paren las acciones de hecho ¿Qué le responden?

Que la decisión está en las manos de él. Nosotros aquí somos veinte mil, le decimos al Fiscal General de la Nación que nos judicialicen a los veinte mil, o como ha sido la práctica del Centro Democrático, que nos maten a los veinte mil.