“El asesinato del escolta de Leyner Palacios no es un hecho aislado”
La noticia del brutal asesinato de Arley Hernán Chalá golpea al entorno de Leyner Palacios y a los líderes del Pacífico justo cuando diseñan su propia “ruta de protección”.
El 4 de marzo de este 2020 no será fácil de olvidar para los líderes y lideresas del Pacífico. Muchos de ellos estaban llegando en la tarde a Cali para participar de un taller donde preveían diseñar su propia “ruta de protección”, promovido por la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico (CIVP), con el acompañamiento de la Embajada de Suiza. A las 3 de la tarde se conocía el dramático atentado que terminó con la vida de Arley Hernán Chalá, uno de los tres escoltas de Leyner Palacios. Tres hombres lo atacaron y lo mataron con 19 balazos que “llevaban mensaje”, como confiesa uno de los participantes en el taller.
Ese 4 de marzo, Leyner Palacios andaba por Cali sin el esquema de protección. A pesar de que desde que saliera del Chocó se había pedido a la Alcaldía de Cali que diera un permiso para que el vehículo que tienen asignado pueda circular sin limitaciones, este miércoles los escoltas del secretario ejecutivo de la CIVP le informaron que no podrían protegerlo porque el vehículo tenía pico y placa.
Así que Leyner Palacios salió en un taxi normal acompañado de su esposa para hacer gestiones. Luego se desplazó a un restaurante para preparara el taller previsto con otros miembros de la CIVP y con representantes suizos y, finalmente, llegó –también en taxi y sin protección- al lugar donde estaba prevista la actividad. Ahí le avisaron del asesinato con ensañamiento de Arley Hernán Chalá, un joven de 24 años del Chocó.
“Este no es un hecho aislado”, explica un integrante de la CIVP. “Desde mediados de 2019 se han presentado varias amenazas y hechos extraños que forman parte de la intimidación al entorno del equipo que trabaja en los temas de paz, que trata de que se retomen los diálogos con el ELN, o que se abran espacios de discusión con los paramilitares y… pues Leyner es uno de los perfiles más visible de la CIVP y lleva tiempo denunciando la falta de interés del Gobierno en las agendas de paz, la connivencia de agentes del Estado con determinados actores armados o la impunidad en las agresiones a líderes sociales”.
Tanto el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, como el resto de obispos del Pacífico, acompañan a la CIVP como parte de su compromiso desde la Coordinación Regional del Pacífico, una red de organizaciones étnico territoriales y las diócesis católicas de la región. Y, junto a ellos, hay todo un equipo técnico que dinamiza la agenda de paz en la región.
Los hechos a los que hace referencia la fuente conforman una serie de intimidaciones a ese equipo e incluyen la retención durante horas de uno de los miembros de la CIVP, el asalto a otro de ellos, o las “labores de inteligencia ilegal” a una de las organizaciones que acompaña los esfuerzos de paz del Pacífico. “Los ataques están relacionados con el trabajo de paz que se está haciendo en una región tan complicada como el Pacífico, pero este asesinato ya es un mensaje muy duro”.
Fuentes cercanas a Leyner Palacios confirman que tanto él como su familia están “realmente afectados” por el asesinato de Arley Hernán Chalá, pero “también los líderes y lideresas que participan en este taller entre los que hay mucha tristeza y también mucho susto”.
En el marco del taller que se realiza en Cali, los representantes de las comunidades del Pacífico decidirán las medidas de autoprotección y los pasos a dar, aunque el miembro de la CIVP confiesa que se hace en un marco hostil, “con un Gobierno incapaz de ponerse del lado de las comunidades”. De hecho, en las últimas horas, en las redes se han leído fuertes críticas a las declaraciones de la ministra de Interior, Alicia Arango, que divulgó un trino en el que aseguraba que en Colombia “mueren más personas por robo de celulares que por ser defensores de derechos humanos” y, después, en una entrevista radiofónica, fue más allá: “¿Por qué cuando hablamos de un sector [los defensores de DDHH] todo el mundo chilla y cuando hablamos del resto de los muertos a nadie le importa? Al 80% de los colombianos también los han robado y les han matado un familiar”.