El teorema de la continuidad
“Nosotros no renunciamos a la lucha para conseguir los cambios sociales que requiere este país”. Victoria Sandino, es una de las dos comandantas que se sientan junto a 30 hombres en el Secretariado Nacional de las FARC-EP. También ha sido la cabeza visible en la subcomisión de género que introdujo ese enfoque en los acuerdos de La Habana. Ahora, tras un largo recorrido que comenzó en las Juventudes Comunistas, siguió en la Unión Patriótica (UP) y ha seguido en las FARC-EP, insiste. “La lucha sigue, por otros medios”. El comandante Kunta Kinte, del Bloque Oriental va más allá: “En Colombia la revolución no se puede hacer con las armas, sino con política, no hay camino armado para transformar esto”
– ¿Y han tardado tanto tiempo en darse cuenta?
– No, no, nosotros siempre lo hemos tenido claro y esa [la vía política] siempre ha sido nuestra intención, pero cada vez que lo intentamos nos dieron muy duro y nos obligaron a seguir con las armas…
La presencia de Kunta Kinte es imponente. No nació en Juffure (Gambia), como el personaje de Alex Haley que ahora es el alias de un comandante guerrillero afrocolombiano que viste de estricto uniforme militar de campo y que luce una gorra con la bandera de cuba. Kunta Kinte es de Buenos Aires (Cauca) y ahora, sin armas y al pie de la zona de debates de la X Conferencia Nacional Guerrillera de su organización, asegura que “el fusil no es nada, solo un pedazo de hierro”. Por ello cree que no va a surgir problemas en su reintegración a la vida civil. “Los campesinos confían en nosotros, y no por el fusil”.
Las dudas de los Consejos Comunitarios que gestionan los territorios negros no han llegado a este comandante que insiste en que una vez completado el proceso, “los guerrilleros seremos un civil más y seremos parte de los Consejos Comunitarios respetando sus mecanismos de elección, aportando, enseñándoles a organizarse”.
El teorema de la continuidad parece haber permeado todas las estructuras guerrilleras. Víctor está un poco nervioso frente a la cámara, pero alcanza a explicar que ahora, con 28 años de edad y 12 de ellos en la guerrilla, su futuro está en el nuevo movimiento político. “Me tengo que formar un poco, pero ya me tocó hacer mucha pedagogía política con los campesinos y me gusta estar con ellos”. El es del Meta, el mismo departamento donde se celebra la Conferencia, y ahora recuerda los momentos duros de la vida guerrillera y comienza a imaginarse añorando “la vida en el campamento, la solidaridad, las conversaciones con los compañeros”.
– ¿No tienes miedo a lo que viene?
– No… es lo mismo, pero ya sin armas. Quiero seguir en el partido nuevo con las tareas que me asignen como un militante más. El único temor es a que el Gobierno no nos cumpla. Pero tendremos que estar atentos, de la mano del pueblo.
La narrativa de las FARC es la de un movimiento de resistencia: enemigo, pueblo, justicia social, masas, pedagogía, ideología… Víctor tiene sobre el camastro de su caleta un libro de literatura infantil venezolana, editado por el Gobierno Bolivariano y sobre una mesa hechiza, embolsados, reposan libros de contenido más político. Dice conocer la Colombia “real” y estar listo para abandonar el monte.
Continuidad. Quizá porque ninguno siente que haya hecho mal. Victoria Sandino, de hecho, asegura que “ninguno de nosotros se arrepiente por habernos alzado en armas. Otra cosa es la afectación que se haya causado a la gente del pueblo en ese contexto de guerra. Tenemos toda la intención de reconocerlo”.
Para las FARC fue la violenta estructura de Colombia lo que los empujó a las armas y ahora, desarmados, no son ellos los que tienen que responder por los déficits democráticos o sociales del país. “Será el Estado colombiano el que tenga que hacer lo que siempre le correspondió y nunca ha hecho”, recuerda el comandante Fabián Ramírez, del Bloque Sur. Y lo que nunca ha hecho es una lista larga que los negociadores de las FARC en La Habana sienten que en buena medida está recogida en el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto.
De ese reguero de carencias y responsabilidades, la mayoría de los guerrilleros entrevistados destacan dos: las garantías de seguridad y participación política para oposición, movimiento sociales y campesinos organizados, y la Reforma Rural Integral, el punto uno del acuerdo que responde al problema estructural de la tierra y que es un tema central para los campesinos de las zonas de influencia de las FARC-EP. “Desde que nací estoy viendo lo mismo. Nosotros los campesinos bregando a salir adelante sin la ayuda del Gobierno”. Ricardo es un campesino de la comunidad de Las Damas, cercana a esta alejada sabana del Yarí, y ha llegado al campamento de la Conferencia para conocer y para “ver qué va a pasar con nosotros”.
El virus de la desconfianza
Los civiles pasean sin restricción por las áreas públicas del campamento y, en contra de lo que se pudiera pensar, no todos están de acuerdo con las FARC-EP o con los acuerdos de La Habana. Así piensa Overt. “Yo voy a votar No. Porque el Gobierno sólo está para cobrarme impuestos y con mis impuestos ahora la guerrilla va a vivir bueno”. Lo cuenta en voz alta, en un comedero donde hay guerrilleros, periodistas…
“No podemos dejar de hacer la paz porque pase un hecho u otro”, Kunta Kinte
La desconfianza es uno de los peores virus para la construcción de paz. La guerrilla lo sabe y también sabe que hay muchos riesgos en este proceso. Quizá por eso no quieren echar combustible a los críticos del proceso ni dan excesiva importancia pública a los problemas puntuales. “No podemos dejar de hacer la paz porque pase un hecho u otro”. Kunta Kinte se refiere a los asesinatos de líderes sociales que se han producido en las últimas semanas, en pleno momento de firma de los acuerdos de paz. “Hay muchas manos oscuras en Colombia, que tienen grupos armados privados”, y por eso el comandante del Bloque Oriental apuesta por “un Estado fuerte que tenga control del territorio y de las armas, no puede ser que aquí cualquiera pueda andar armado e imponer su ley”.
En la capacidad del Gobierno para ser más Gobierno se fía la guerrilla buena parte de su futuro, de esa decisión basada en el teorema de la continuidad que, como indicaba el columnista de Colombia Plural Eugenio Guerrero, “es ni más ni menos que decidir dejar de ser lo que siempre han sido, para poder seguir siendo lo que han dicho y dicen que son”.
Para Victoria Sandino los riesgos de la guerra ahora se transformarán en los riesgos de la paz. “El estado colombiano, además, ha incumplido históricamente sus compromisos. Si ahora nos volvemos a arriesgar, porque hay muchos riesgos, es por la certeza de que Colombia no puede seguir en guerra”. Y concluye: “Arriesgamos todo en la guerra, ahora arriesgaremos todo en la paz”. Continuidad.
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