«Ninguna sociedad está preparada para los cambios, pero le llegan»

Juan David Muñoz es el último de una familia vinculada a la políticas y las luchas sociales de Bello (Antioquia). Único concejal en la ‘oposición’ apuesta por el "debate político de la calle"

Juan David Muñoz es el último de una saga familiar muy vinculada a la política y los movimientos sociales en Bello (Antioquia). El apellido Muñoz ha acompañado a los nombres de Teresa o León Fredy, sus tíos, en la política, o de Juan Carlos vinculado a la defensa de los Derechos Humanos. Integrante de Marcha Patriótica, Juan David es desde hace un año concejal en Bello (Antioquia) de la mano del Partido Verde. No solo concejal, el único concejal en la oposición (en la imagen, en su lugar del Concejo, me han puesto «donde no me vea el público») frente al Partido Conservador y al Centro Democrático, un municipios que lleva años dirigido por la familia Suárez Mira.

Reconoce que esta situación es difícil dentro del recinto del Concejo. “Es frustrante, porque por más debates que se den argumentados, la democracia representativa es sobre la base de la abrumadora mayoría. Pero por fuera tenemos gente que está dispuesta a salir a la calle a respaldar y a construir con nosotros. El recinto es un ejercicio de control donde nosotros debatimos. Pero la lucha y el debate político fuerte la vamos a hacer en la calle”.

No son solo palabras. Juan David Muñoz, sociólogo de la Universidad de Antioquia, defensor de Derechos Humanos y activista social, predica con el ejemplo. Es miembro activo de la red de artistas juveniles y se ha ganado más de una ‘advertencia’ por parte de organizaciones delincuenciales de Bello por promover la recuperación de ‘La choza’ como espacio juvenil para la promoción del arte y la cultura en el municipio.

En esa concepción de hacer política en la calle ha defendido la lucha contenida en las letras del rap y las acciones culturales. Si Colombia está o no preparada para entender y asumir estos nuevos lenguajes políticos no es algo que le preocupe demasiado. “Ninguna sociedad está preparada para los cambios pero le llegan. LLegan porque es una necesidad de las mismas dinámicas sociales. Y lo que estamos viendo con el fenómeno cultual, el rap, el punk, el arte callejero es la muestra de eso, que por más plana que parezca la política y más fatalidad histórica que nos quieran meter en la cabeza, acá lo que hay es una efervescencia de un momento de procesos de resistencia de personas indignadas que es cuestión de saber articular y de organizar”. En su opinión las estéticas juveniles, las práctica culturales y las formas de expresión acabarán convergiendo y empezarán a construir “un nuevo hombre y una nueva mujer, y esa nueva forma de hacer política”.

Juan David Muñoz habla tras un acto de homenaje a la exsenadora Piedad Córdoba a las que varias organizaciones han hecho hija adoptiva del municipio. Un acto precedido de una dura campaña en redes sociales estigmatizando a los convocantes acusándoles de guerrilleros y un acto en el que las palabras de Córdoba han hablado de implicación social y de la necesidad de repolitizar a la ciudadanía, a los jóvenes. Este joven político es un ejemplo de esa juventud que ya ha apostado por la política, que le apuesta a la “democracia de calle”, que lucha contra un sistema en el que “una llamada de teléfono define una votación”.

Para él esa repolitización es “muy difícil”, pero “se está haciendo, se está construyendo mucha escuela popular, en los barrios abrimos procesos de formación. Estamos dando pasos, sabemos que hay una hegemonía que no la va a soltar fácil pero también sabemos que ninguna hegemonía es absoluta. Y desde ahí trabajamos nosotros”.

Convivir con las amenazas, o el reguero de líderes asesinados u hostigados, se hace desde un profundo convencimiento en lo que se hace y aplicando los mecanismos de protección aprendidos y, sobre todo, “el proceso de movilización permanente, visibilizar todos lo hechos y ser públicos”. El efecto de los mecanismos de protección incluidos en los acuerdos de paz “sobre el papel pueden ser buenos, pero van a depender de las pujas políticas, de la correlación de fuerzas, y de la voluntad política”. A su juicio, dependerá “de cómo esté la ciudadanía dispuesta a respaldar a los que llegan, a los que se van a reincorporarse a la vida civil, y a los luchadores sociales que tenemos una posición diferente”.