Arremetida de muerte contra líderes sociales del Cauca

En lo que van de año han sido asesinados, al menos, 15 líderes sociales y defensores de derechos humanos del norte del Cauca. Mientras el país habla de paz, las Zonas de Reserva Campesina, movimientos como Marcha Patriótica y los indígenas sufren el hostigamiento y la muerte.

La violencia contra las lideresas y líderes sociales y las y los defensores de derechos humanos en el norte del Cauca se multiplica y ha hecho prender las alarmas entre las organizaciones. En los últimos 15 días se ha reportados dos asesinatos que se suman a amenazas y extorsiones denunciadas por la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes.

Este mismo miércoles el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha emitido un comunicado desligándose de cualquier vinculación con estos casos de violencia, ya que habían sido señalados por esta organización como responsables de algunas de ellas. El Ejército de Liberación Nacional lo que hace es advertir, en las veredas Calandaima y Monterredondo del municipio de Miranda (Cauca), de una “fuerte presencia de unidades militares de las FF AA gubernamentales (…) quienes conviven en la zona con grupos narcoparamilitares; por lo que resulta muy sospechoso que a los pobladores de las veredas mencionadas los estén amenazando y extorsionando a nuestro nombre”.

No hay cifras claras pues no se ha hecho un informe conjunto de todos los casos, pero con las denuncias de las diferentes organizaciones se puede dibujar una alarmante lista de, al menos, 15 personas asesinadas pertenecientes a movimientos sociales, organizaciones étnicas o zonas de reserva campesina.

Tabla de elaboración propia en base a informes de las organizaciones y de prensa.

Tabla de elaboración propia en base a informes de las organizaciones y de prensa.

Entre las últimas muertes se encuentra la de José Antonio Velasco, campesino, defensor de Derechos Humanos, quien era parte de la Asociación Pro Constitución de Zonas de Reserva Campesina e integrante de Marcha Patriótica y que fue asesinado en Huasano-Caloto el pasado 11 de noviembre. Cristian Delgado, vocero de la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes, informó a Contagio Radio que su esposa recibió una llamada donde le aseguraban “dígale a su marido que no vuelva a aparecer por la zona, porque la próxima no vamos a responder”.

El 6 de noviembre se reportó la muerte de Jhon Jairo Rodríguez Torres contra el que no había ninguna amenaza. Jhon Jairo era defensor de Derechos Humanos integrante de la Asociación de Trabajadores Pro Constitución Zonas de Reserva Campesina de Caloto. Sobre estos dos asesinatos aún no hay respuesta por parte de las autoridades. Según Delgado, éstas se las han atribuido de manera errónea a situaciones personales o por temas de microtráfico y no quieren reconocer que son actos de paramilitares. El 16 de octubre la Organización para el Desarrollo Urbano y Campesino informaba de la muerte del líder de la Guardia Campesina y Popular de Frontino (Cauca) y defensor de derechos Humanos Yimer Chávez Rivera.

El pasado 9 de noviembre en un foro celebrado en la Universidad Autónoma de Occidente (UAO) varios líderes del norte del Cauca denunciaron que están siendo asesinados, las amenazas por parte de grupos paramilitares y que no se están tomando medidas. Esta misma semana, la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca rechazó las amenazas que supuestos grupos paramilitares profirieron contra varios de sus líderes, defensores del medio ambiente y los derechos humanos en la región y advirtió de que las comunidades viven una tensa situación por las intimidaciones y homicidios, cuyas víctimas son las personas que durante varios años han sido afectadas por el conflicto armado.

Para este jueves 17 de noviembre está convocada una reunión del Consejo de Seguridad en Corinto (Cauca) con la presencia del Defensor del Pueblo nacional y dos ministros.

Según cifras de la Defensoría del Pueblo, entre el 26 de agosto y el 13 de septiembre, se presentaron 7 asesinatos y 2 ataques contra líderes en esta zona. El rastreo de Colombia Plural nos hablaría de, al menos, 15 líderes y lideresas asesinados, así como 17 indígenas de los cabildos del norte del departamento. Entre ellos se encontraría Joel Meneses Meneses, Nereo Meneses Guzmán y Ariel Sotelo, quienes hacían parte del Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). El informe Somos Defensores del tercer trimestre incluye también a Evaristo Dagua Troches, de la Zona de Reserva Campesina de Corintio, el 19 de julio; y a Cecilia Coicue, de la Asociación de Trabajadores Campesinos de esa misma zona de reserva el 6 de septiembre.

El semestre anterior, el informe de Somos Defensores reportaba 35 defensores de derechos humanos asesinados en Colombia y 279 que sufrieron algún tipo de agresión. En ese periodo, el Cauca se revela como una de las regiones donde más asesinatos se registraron, un total de 7: Maricela Tombé (El Tambo) de la Asociación campesina Ambiental de Playa Rica; Willar Alexánder Olme Alarcón, gobernador del cabildo Yanacona de Sotará; Víctor Andrés Flórez, de la Zona de Reserva Campesina de Corinto; Manuel Dolores Pino Perafán, en El Tambo, pertenecía a la Junta de Acción Comunal de la Vereda Fondas; José Albino Solarte de la comunidad campesina de El Guadual (Bolívar); Gersain Cerón y Marco Aurelio Díaz, guardias indígenas del pueblo Nasa en Caldono, que fallecieron a manos del ESMAD durante la minga indígena.

Pero no son solo asesinatos, la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías recoge en su web desplazamientos y amenazas, hostigamientos, abusos de autoridad y extorsiones en el Cauca y Nariño por parte de las Fuerzas Armadas, la policía, el ELN, las autodeterminadas Autodefensas Gaitanistas, y la Organización Sicarial del Pacífico.

Muchos de los líderes asesinados forman parte del movimiento Marcha Patriótica, organización que ha denunciado que en los últimos 4 años han sido asesinados 120 de sus miembros en todo el país. A esta lista de víctimas en el Cauca, Marcha Patriótica debe sumar la desaparición desde el 30 de octubre del estudiante de la Universidad del Valle Hanier Hurtado, que forma parte del movimiento.