El día D del paro del Chocó se queda a medias

A pesar de la tensión que se vivió en la jornada de protesta de este lunes en Quibdó, unas tres mil personas recorrieron las calles del centro de la capital con el boicot de buena parte del comercio. La baja asistencia podría afectar al resultado del paro cívico.

Como si fuera una protesta ‘hecha a la antigua’ en el Chocó, cerca de tres mil personas alzaron nuevamente su voz de reproche contra el gobierno. Esta vez, en la segunda marcha desde que comenzara el paro cívico del 10 de mayo, las consignas eran acompañadas con el sonido del clarinete, el bombo, el redoblante y los platillos. La chirimía ayudó a distensionar a la multitud que se acaloraba cada vez más al encontrarse con entidades y establecimientos abiertos que luego fueron obligados a cerrar.

El gremio de comerciantes, que se benefició del paréntesis del paro este fin de semana de Madres, no apoya el cierre de sus establecimientos esta semana; así quedó registrado en las calles de Quibdó, con tan solo unos pocos acompañando a la comitiva y otros tratando de abrir sus negocios a medias.

“¿Dónde está la gente?”, pregunta Dario Jiménez, un ‘rapimotero’ que llegó del Valle hace diez años y logró lo que según él nunca hubiera podido lograr en su tierra: una casa propia, una familia y un empleo ‘estable’, aunque informal. Jiménez insiste en su amor al Chocó aunque no nació en esta tierra. Le duele lo que pasa: “Es imposible que en diez años que llevo viviendo aquí no hayan terminado de pavimentar ninguna de la vías hacia el interior, nos merecemos vías como las del centro del país, por eso debemos apoyar el paro cívico”. Pero Jiménez tampoco participa en la marcha del denominado por el Comité organizador como Día D, el día de la dignidad. Decidió trabajar como muchos otros.

Dilon Martínez, uno de los miembros del Comité Cívico, afirma que la situación es preocupante. “El gobierno no quiere cumplirle al Chocó, por lo tanto seguiremos en paro indefinido. No buscamos alterar el orden público, pero la gente está muy molesta”.

En lugares como el Palacio de Justicia, la Fiscalía y la Contraloría, los manifestantes exigieron a los funcionarios abandonar sus oficinas. Varias personas, algunas con palos y otras con banderas del Chocó, explotaron totes de pólvora y pintaron con aerosol algunos negocios y muros de la ciudad. En algunos casos, la Policía y la Defensoría intervinieron.

A pesar de los esfuerzos del Comité Cívico de convocar a la sociedad chocoana en general, la inasistencia a las marchas afecta de manera dramática una rápida solución del paro. Los líderes del movimiento social hacen una invitación a todas las personas, instituciones, organizaciones y al comercio esquivo a suspender sus actividades y salir a las calles.