Queman la Casa del Viento, un referente de la cultura popular en Bogotá
La Casa del Viento estaba bien amarrada a la tierra, como todo proceso comunitario auténtico. Se trataba de la ampliación mediante autoconstrucción de la Biblioteca Pública Popular Simón el Bolívar, que gestiona la Corporación Promotora Cultural ZuroRiente, un colectivo barrial activo desde hace 27 años.
La biblioteca, creada hace más de 20 años, fue una respuesta de los vecinos de San Cristóbal a la falta de infraestructuras culturales o sociales en esta localidad del suroriente de Bogotá, y su ampliación fue fruto de la colaboración de la comunidad, alumnos de la Universidad Javeriana e, incluso, la embajada de España. La construcción retaba el control urbano de los sectores políticos tradicionales y suponía un punto de encuentro fundamental para la comunidad.
“Esta mañana, le prendieron fuego a la Casa del Viento; estamos convocando a un acto de solidaridad urgente, el día de hoy a las 4 de la tarde en la Biblioteca Simón el Bolívar”. Así rezaba la escueta comunicación de ZuroRiente sobre el medio día de este lunes 9 de enero. En la tarde, durante la reunión con la comunidad al pie de la Casa del Viento los líderes que tomaron la palabra se calificó el incendio como «un acto terrorista contra la cultura». Allí, adultos y menores realizaron pancartas con lemas como: «El viento apaga el fuego», «Los actos malos unen a los buenos», «No podemos construir paz sin cultura» o «Todos somos la casa del viento». La comunidad concentrada también marchó por las calles de San Cristóbal para denunciar lo sucedido y sensibilizar sobre el papel de la cultura en la construcción de un país «más democrático».
Los miembros de Arquitectura Expandida, en cuyo encuentro se levantó el anexo a la biblioteca Simón el Bolívar, explicaban así la lógica de la edificación que hoy ha sido quemada: “La estructura se ejecutó en guadua, el revestimiento en policarbonato alveolar y el suelo en madera con formaleta tratada para exteriores apta para actividades de danza y teatro. La imagen de la intervención es un anexo , un parásito plástico que no solo proporciona un controlado efecto invernadero en un clima frío, sino una forma de relación la cultura con su entorno urbano a través de una invitación y una honestidad relacional materializada en la trasparencia”.
Hasta el momento no hay información sobre los posibles autores de este atentado contra uno de los más veteranos procesos culturales en las localidades de la capital. Sin embargo, desde el proceso de ZuroRiente confirman que «existían amenazas». «Es importante que se conozca lo ocurrido para que las personas tomen conciencia del valor de la cultura», indicaban mientras se reunían con la comunidad esta misma tarde para decidir qué pasos dar.
Conoce en este documental cómo fue el proceso para levantar la Casa del Viento: