El sistema de salud no le sirve al presidente Santos

La tecnología médica de Colombia no le sirve al a Juan Manuel Santos. El mismo día en que será evaluado en Baltimore, Estados Unidos, aquí se presentarán 414 tutelas de ciudadanos a los que se le niega el servicio de salud.

Después de la economía -propia y nacional- lo que más sigue preocupando a los colombianos y colombianas es la salud. Según el estudio de la consultora Nielsen hecho público en mayo de este año, la Salud es el cuarto tema que más agobia a la ciudadanía, después de empleo, las deudas y la economía nacional.

No sólo a ellos. Este miércoles 15 de noviembre sabemos que el presidente de la República, Juan Manuel Santos, se ha sometido a una revisión de rutina en la Fundación Santa Fe de Bogotá y esta ha detectado un aumento del “antígeno prostático”. “Ante esta novedad en la evolución clínica, se ha recomendado al Presidente Santos realizarse a la mayor brevedad posible un estudio complementario con una tecnología aún no disponible en el país. El sitio más indicado para hacerse este estudio es el Centro de Oncología del Hospital Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos”.

El sistema de salud de Colombia no es útil ni siquiera al primer mandatario. “La Ley 100 introdujo el concepto de salud como mercancía, por lo tanto quedó sujeta a ser un bien transable del que los inversionistas privados, tan sólo por servir como intermediarios, obtienen ganancia. El problema de este modelo es que acrecienta la inequidad en salud, incrementa el gasto sin mejorar la calidad y se interesa muy poco en el bienestar y la satisfacción de los colombianos. Reconozco que, con todos los debates que se han dado en torno al modelo, la Ley 100 movió el tema de la salud del terreno de la misericordia al del derecho, y los colombianos empezaron a verlo y a exigirlo de esta manera”, explicaba en El Espectador Marcela Vélez, autora el libro La salud en Colombia.

Desde que se aprobó la Ley 100, en 1993, el país ha avanzado de forma drástica en la cobertura de salud, pasando del 15,7% en 1990 al 96,6% en 2014. Según los datos del ministerio de Salud, “el régimen subsidiado cubre el 48%de la población mientras el contributivo el 43.6% y 5% está afiliada a regímenes especiales y de excepción (Fuerzas Militares, Policía Nacional, el Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio, Ecopetrol, y las universidades públicas u oficiales que se acogieron a la Ley 647 de 2001) (Base única de afiliación, 2015)”.

Cobertura hay, el problema es la calidad y la equidad del sistema. Si el presidente Santos puede acceder a uno de los mejores hospitales del país, la situación del acceso a la salud en zonas rurales o en ciudades como Buenaventura, Quibdó o Istmina (ver especial sobre la crisis de Salud en el Pacífico).

El propio Ministerio destaca que, aunque entre la zona urbana y rural sólo hay un 2% de diferencia de afiliación al sistema, los datos de “el análisis de Ruiz & Zapata (2015) con base en la Encuesta de Calidad de Vida 2013, detecta brechas relevantes de la zona rural comparada con la urbana: 12% menor percepción de buena salud; 4% de menor percepción de prevalencia de enfermedad crónica; 11% de menor uso de condón en la primera relación sexual; 6% mayor prevalencia de baja talla; 9% menor acceso a tratamiento para la diarrea; 12% menor cobertura de cuatro controles prenatales; 11% menor cobertura de parto institucional; 10% menor acceso a servicios preventivos; 12% menor acceso a servicios odontológicos; 7% menor uso de servicios ambulatorios en caso de problema manifiesto de salud; 4 días de diferencia en la oportunidad de acceso médicos especialistas”.

Es decir, Santos tiene suerte de vivir en la capital y de no pertenecer a un grupo étnico: “Para 2013 la tasa de mortalidad materna entre la población indígena era 6.8 veces mayor que la de población afrocolombiana y está dos veces mayor que el promedio marginal. La tasa de mortalidad infantil era 2.6 veces mayor entre los indígenas de la media nacional y 1.3 veces mayor en los afrocolombianos que entre la población nacional”, insiste el ministerio.

Las soluciones

El sector salud es lucrativo y rentable. De las 20 grandes empresas con más ingresos operacionales en 2015, 13 eran del sector Salud, según la superintendencia de Sociedades. Pero es la financiación del sistema el nudo que sigue en las discusiones. Este 17 de noviembre se conocerá el nuevo informe del Observatorio Así Vamos en Salud, entidad que surge de una alianza entre grandes actores del sector empresarial y algunas universidades. Recientemente, en un foro sobre el sistema, apuntaban soluciones que van en la línea de profundizar la privatización del sistema y el copago por servicios.

José Ignacio Zapata, director general del Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt, apuntaba a que “uno de los fundamentos esenciales es disminuir los beneficios y que los ciudadanos entendamos que aquí la plata no alcanza para todos”. Zapata no se refería a los beneficios de las empresas, sino de los derechos ciudadanos recogidos en el Plan Obligatorio de Salud (POS). “El ideal es aumentar el financiamiento privado y estoy hablando específicamente de aumentar los seguros privados, de aumentar el gasto de bolsillo, y el gasto de bolsillo significa aumentar los copagos”.

El sector también está presionando para que la Salud deje de ser considerada un servicio esencial -un derecho constitucional y, según la sentencia T-760 de 2008 de la Corte Constitucional, un derecho humano fundamental- para pasar a ser un Servicio Público Simple, como la recogida de basuras. Esto busca que los ciudadanos ya no puedan utilizar más el recurso a la tutela para lograr atención médica. Según la Defensoría del Pueblo, el 25% de todas las tutelas presentadas en el país tiene que ver con salud. En 2015 fueron 151.213 las tutelas relacionadas con la negación de servicios de salud, un 27% más que en 2014.

Juan Pablo Uribe, director de la Fundación Santa Fe de Bogotá donde ha sido revisado el presidente Santos, “el sistema afronta múltiples males que ponen en peligro el fin último del sistema que es mejorar el estado de salud de la población, y dentro de esos males yo resaltaría la ausencia de una visión a largo plazo compartida, las inmensas dificultades regulatorias, el abuso de múltiples actores sobre el sistema y un desequilibrio financiero crónico y agudo que está comprometiendo el día a día del sistema”.

Este jueves 16, los expertos de Baltimore tratarán a Juan Manuel Santos. Mientras, ese mismo día, los tribunales colombianos recibirán 414 tutelas de ciudadanos que no logran que el sistema de salud de Colombia los atienda.