«Este es el acuerdo final , el definitivo. No hay espacio para más negociación»

El equipo negociador insiste en que ahora solo queda empezar la implementación. Si hay o no nueva refrendación y cómo sería es algo “por determinar”.

«Este es el acuerdo final , este es el acuerdo definitivo. Ya no hay espacio para más negociación». La frase es del jefe del Equipo Negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, pero en realidad es una idea que ha planeado en todas las intervenciones de los integrantes del equipo que este martes han comparecido para explicar los cambios introducidos en el acuerdo y el texto definitivo que ayer lunes se hizo público. Otra idea común es que la implementación debe ser inmediata para poder poner fin a la guerra.

Ante la prensa comparecían junto a De la Calle, el Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, el senador Roy Barreras y el economista Frank Pearl. Esta tarde se reunirán con los partidos que apoyaron el Sí en el plebiscito -no con la Unidad Nacional- para escuchar sus ideas sobre la refrendación del acuerdo y se escuchará también a los partidarios del No sobre cómo avanzar con una implementación ágil y eficaz “sin polarizar a la población”, precisó el ministro. Tras escuchar a todas esas partes, se reunirán con las FARC.

Pese a las preguntas insistentes sobre si habrá o no refrendación y cómo será -si vía plebiscito, vía Congreso o por Cabildos Abiertos-, la respuesta común es que este es el acuerdo final y que la implementación debe ser inmediata para acabar con la situación de “riesgo y fragilidad” actual (el cese al fuego está prorrogado de momento hasta el 31 de diciembre). Las ideas lanzadas por el equipo negociador son que “toda la implementación pasa por el Congreso” porque hay reformas constitucionales y legislativas que así lo requieren, y que si son necesarias sesiones extraordinarias del Congreso para avanzar con la implementación se convocarán. Juan Fernando Cristo fue más allá e insistió en que el fallo de la Corte Constitucional sobre el plebiscito decía que ante un resultado negativo había que hacer un nuevo acuerdo, “ya lo tenemos” y ahora hay que ver si hay un nuevo mecanismo de refrendación y cómo, pero “están abiertas todas las opciones (…) está por determinar”. Eso sí, el ministro recordó que la Corte y el propio articulo 22 de la Constitución facultan al presidente para buscar la paz e implementar el acuerdo”.

El equipo negociador aclaró algunas cuestiones sobre los plazos de la Jurisdicción Especial de Paz, su encaje con la justicia ordinaria, el sistema de tutelas o la participación política de las FARC, pero, sobre todo, insistió en que éste es un acuerdo más incluyente en el que se ha acogido el 80% de las demandas de los voceros del No y muchas otras cuestiones planteadas por partidarios del Sí, o la propia Corte. Por ello, no dejaron margen a nuevas modificaciones y a quiénes sigan oponiéndose les pidieron que dejaran de lado cuestiones partidistas. Para Frank Pearl “es el momento de que nos unamos como colombianos, con grandeza, dejando de lado intereses políticos de corto plazo y pensemos en el bien de los ciudadanos sin dejar de lado diferencias que pueden ser sanas, y todos nos congreguemos en torno a este acuerdo”. Roy Barreas fue más allá y admitió que “hay personas con una agenda política para 2018 que estarán oponiéndose a todo, pero el acuerdo ya recoge las inquietudes de todos”. A Alejandro Ordóñez, un mensaje más directo al recordarle que hasta hace bien poco él era procurador de todos los colombianos no de una parte.

Barreras fue también el encargado de explicar algunos de los puntos reclamados por partidarios del No que se han quedado fuera sobre lo que afirmó que se trataba de “propuestas radicales minoritarias a los que no les sirve ninguna paz”. Como ejemplo puso la petición de sacar a las personas LBGTI del texto, algo que no se iba a aceptar porque “primero nos piden sacarlo de aquí, luego de texto constitucional y al final del país”.

En cuanto a la participación política y elegibilidad de las FARC que queda como en el acuerdo inicial, De la Calle reflexionó que si el propósito de un proceso de paz es cambiar las armas por la política hay que incentivar esa participación y para Colombia “es mejor que las FARC den la cara en el Congreso”.

Sergio Jaramillo destacó la “madurez” de las FARC, que aceptaron «cosas difíciles de aceptar por una guerrilla»: la entrega de sus bienes para resarcir a las víctimas, condiciones de reclusión, los cambios en la financiación de su futuro partido o su salida de la Comisión de Garantías de Seguridad. “En las FARC hubo un movimiento muy importante y lo que tenemos que hacer ahora es movernos hacia posiciones de conciliación”, sentenció.

En la comparecencia, Humberto de la Calle también apuntó que el Sí estuvo también presente en la renegociación de La Habana y pidió espacio en los debates y preguntas para sus partidarios. Recordó que 6 millones de colombianos ya apoyaron el primer acuerdo. “Pensemos a futuro, no podemos quedar atrapados en el pasado. Ya es hora que la ciudadanía piense en la esperanza que trae la paz».

Entre los cambios que contiene el nuevo acuerdo, De la Calle destacó el compromiso de las FARC de presentar en un plazo de 180 días el inventario de sus bienes para reparar a las víctimas del conflicto, un reclamo de la sociedad colombiana. Y Jaramillo informó de que las FARC «darán nombres de dos o tres lugares para entrega de menores».

 

Durante la rueda de prensa, el equipo dio a conocer un documento denominado ‘Cambios, precisiones y ajustes para un nuevo Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera’, el en el que se precisa qué cambió en el nuevo acuerdo de paz respecto al que se firmó el 26 de septiembre en Cartagena. El texto, de 90 páginas, presenta en color rojo los pasajes añadidos al acuerdo inicial y tacha las partes que desaparecen en el nuevo. Consultalo aquí

Los voceros del NO se reunieron ayer lunes y, a la espera de un informe más minucioso, ya han adelantado que no les convence tampoco el nuevo acuerdo y porque, a su juicio, no se hicieron muchos de los cambios sustantivos que pedían. Entre sus reclamaciones se encuentra el silencio, que dicen mantiene el Gobierno sobre la situación de 468 civiles y 258 miembros de la Fuerza Pública. Forman parte de una lista de víctimas dadas por desaparecidas que ellos sostienen son secuestros. Insisten en que “Las concesiones a las FARC no responden a las preocupaciones de las víctimas”.

El exprocurador Alejandro Odóñez también se ha posicionado contra el nuevo acuerdo porque según él siguen vigentes los «aspectos esenciales» que motivaron el No en el plebiscito. Asimismo, advierte de que el Congreso de la República no cuenta con la legitimidad para avalar el nuevo acuerdo de paz.

Desde las redes sociales de los integrantes de las FARC se ha insistido en la defensa del acuerdo y su carácter inclusivo.»Pretender que este no sea el Acuerdo definitivo, es liquidar el Acuerdo. El CD no quiere mejorar el acuerdo si no, que no haya Acuerdo», decía Pablo Catatumbo en tu twitter, en la que insiste «Escuchamos todos los sectores. Sopesamos sus propuestas. Conservamos lo que construye nación. Resultado: un buen Acuerdo. Defendamos el Acuerdo». Pastor Alape, por su parte, apuntaba: «Buena razón para desear #FelizMartes porque #HayAcuerdoDPazDefinitivo Colombia va enrutada al nuevo país #PosesosDelOdio nunca lo aprobarán».