Guatemala: la URNG y la división de la izquierda

La desmovilización de la guerrilla se firma tras 14 años de lucha armada. Su incorporación a la vida política da resultados inmediatos con la elección de representantes, pero las constantes divisiones de la izquierda no han permitido una representación fuerte e influyente.

1954, un golpe de Estado auspiciado por Estados Unidos acaba con el presidente Jacobo Arbenz elegido democráticamente. Sus políticas contrarias a los intereses de la United Fruit Company y la influencia del Partido Comunista en su gestión alentaron un golpe que también dejó en suspenso la reforma agraria iniciada por el presidente. Seis años después, militares afines a Arbenz junto a líderes campesinos protagonizan un fallido golpe de Estado. El fracaso les lleva a la clandestinidad e, inspirados por la revolución cubana, fundan los primeros núcleos guerrilleros que después darían origen a las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), de ideología marxista-leninista, uno de los movimientos guerrilleros más antiguos de América Latina. Se inicia un periodo de enfrentamientos armados, con algunas breves treguas, movimientos contra-insurgentes y bandas paramilitares de ultraderecha, que dura 36 años.

La Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) surge de la unión de los cuatro grupos guerrilleros existentes en 1982 tras el golpe de Estado del general Efraín Ríos Montt. El contexto es el de un país donde se suceden las desapariciones y asesinatos selectivos de los principales líderes políticos opositores al Gobierno y la política de Tierra Arrasada. El informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH) publicado en 1999 precisó que el Ejército de Guatemala cometió 626 masacres contra comunidades de campesinos durante el conflicto armado interno. A la guerrilla guatemalteca se le atribuyen 32.

Los acuerdos de paz, también auspiciados por Naciones Unidas, se firman 14 años después, en 1996, incluían la desmovilización de las fuerzas guerrilleras y la reinserción de la dirigencia y militancia en la vida política y ciudadana. Un año antes de la firma de los acuerdos, el Frente Democrático Nueva Guatemala (FDNG) logró articular a una parte importante del movimiento social y de expresiones de izquierda legal e insurrecta y se hizo con el  7.70%  de los votos. Seis diputados y diputadas y 19 alcaldías. Sin embargo la izquierda revolucionaria terminó abandonando este proyecto porque chocaba con la dirección política de la URNG.

Al año siguiente se inicia la conversión de URNG en partido político legal. Aunque en sus primeras elecciones lograron representación en el Parlamento y algunas alcaldías, las constantes divisiones de la izquierda no permitieron una representación fuerte e influyente de los ex guerrilleros en la política guatemalteca de las últimas dos décadas.

En esas primeras elecciones (1999), la URNG se presentó dentro de una coalición de partidos de izquierda – Alianza Nueva Nación- que logró el tercer puesto. Es decir 12.36% de los votos, nueve diputados y 14 alcaldías. En 2003 la izquierda concurrió dividida y la URNG únicamente logró 7 de 114 diputados (2.58% de los votos válidos), el peor resultado.

Para las elecciones de 2007 las divisiones en la izquierda electoral continúan. La URNG impulsó una unión de fuerzas de izquierda y nació el Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ). URNG-MAIZ logró el décimo lugar en la elección presidencial, con el 2.14% de los votos y dos curules de 158.

En los siguientes comicios de 2011, la URNG se sumó a un Frente Amplio, que respaldaba la candidatura presidencial de la premio Nobel Rigoberta Menchú. Lograron un 3.22% de los votos válidos, el sexto lugar sin posibilidad de participar en la segunda vuelta.

Para la URNG el problema más difícil de la transición fue que, “simultáneamente a la construcción del partido político, los dirigentes y militantes tuvieron que ocuparse de su subsistencia e incorporarse a la vida social y económica, lo que en ocasiones limitó la militancia y el trabajo político”.