Los políticos brutos o la útil ignorancia

Concluyamos como ciudadanos atónitos ante el circo político que tenemos unos brutos como políticos o unos políticos que son auténticos brutos. Parece que cuanto más alto suben, más brutos. Debe ser la falta de oxígeno de tales cimas políticas… o la contaminación de Bogotá… o la pintura con la que se adecenta el Palacio de Nariño de vez en cuando… Es difícil entender que Juan Manuel Santos no se enterara con qué plata se pagaron miles y miles de afiches de su campaña electoral.

“Frente a la revelación de que hubo recursos no registrados en mi campaña de 2010, quiero expresar mi más absoluto rechazo y condena frente a ese hecho”, ha dicho hoy el presidente, premio Nobel de Paz e ignorante por decisión propia. Debió aprender Santos con quien fuera su jefe y mentor, el antioqueño Álvaro Uribe Vélez que, ya se sabe, no conoce a sus colaboradores, vivió en la inopia mientras habitó la Presidencia, la Gobernación de Antioquia, en la Aeronáutica Civil y hasta en la Convivir en la que desarrolló su gusto por la propaganda mediante la acción (de mochar las cabezas que molestaban mientras él, ya sabe, no sabía nada).

Santos se une al club de los bobos, de los brutos, de los ignorantes, de los indigentes morales, de los presidentes que no se dan cuenta como a su alrededor un olor fétido les aúpa a las más altas responsabilidades patrióticas.

Claro que, ahora que lo pienso, no sé por qué me extraño de la ignorancia del Nobel. Santos no se enteró de cómo sus oficiales ejecutaban extrajudicialmente a miles de jóvenes mientras él era presidente, tampoco sabe del incumplimiento de su gobierno de los compromisos adquiridos con la Cumbre Agraria o con el departamento del Chocó. Tampoco se enteró, pobre hombre, de las decenas de miembros de Cambio Radical que, apoyados por su vicepresidente Vargas Lleras, robaron y delinquieron coludidos con el narcoparamilitarismo…

En fin, que la ignorancia es bien práctica en el país porque los ciudadanos tampoco tienen ni idea de lo que pasa ni de quién es el responsable de sus penurias, así que eso permite que en las próximas elecciones se haga borrón y cuenta nueva; o que ex presidentes como Uribe o Gaviria sigan dando lecciones de ética por el mundo; o que las carreteras se puedan pavimentar varias veces en homenaje al realismo mágico de Gabo; o que uno pueda incumplir todo lo que se promete porque entre ignorantes no se pasan cuentas de cobro…

Este tipo de brutos sólo pueden prosperar, eso sí, en el país de la impunidad donde se repiten de forma retórica, fiscal tras fiscal, los discursos sobre el peso de la justicia -esa anoréxica hermana de la ignorancia- antes de dejarla moribunda.

En fin, pobre Santos, tan bruto y con tanto trabajo. Odebrecht ha sido un regalo de los dioses para los políticos brutos que así se pueden dedicar hasta mediados de 2018 a la acusación mutua mientras la mayoría de los colombianos agoniza en la pobreza y la exclusión. “Esta violación de las normas de la campaña no supone, ni puede suponer que se deriven hechos de corrupción en mi gobierno”, ha dicho hoy el Jefe de Estado al reiterar su solicitud a las autoridades competentes para que “investiguen todas las decisiones de mi administración y sancionen a los responsables de cualquier acto de corrupción”. Es decir: yo no tengo nada que ver… deben ser ‘manzanas podridas’. Así, el discurso que ha servido para tapar los crímenes de Estado o para responder a cualquier sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos también es aplicable a la corrupción generalizada que carcome la débil institucionalidad del país.

Aquí nadie sabe nada… no lo supieron mientras crecía el narco en las cloacas del poder, no lo supieron mientras en el Magdalena Medio se formaban los cuadros armados de los paracos, no se enteraron de la operación de contrarreforma agraria que concentró en pocas manos 8 millones de hectáreas a punta de muerte y dolor, y, por supuesto, no supieron que ellos eran los responsables (políticos, morales y económicos) de todas esas acciones.

Les dejo la perla de la semana… yo me acabo de enterar…

 

*Periodista y coordinador de Colombia Plural y de la Escuela de Comunicación Alternativa de Uniclaretiana.