Agentes de policía matan a comunero indígena en el Cauca

Las fuentes en el territorio confirman que las balas que acabaron este martes con la vida del comunero Deiner Ceferino Yunda Camayo salieron de armas oficiales. La tensión crece en la zona donde se moviliza la minga del Suroccidente en el día que debían reanudarse las negociaciones.

Tras una arremetida de la Fuerza Pública, cayó asesinado Deiner Ceferino Yunda Camayo, comunero indígena del resguardo de Jebalá (oriente del departamento del Cauca). La bala que le destrozó el tórax fue disparada desde los cafetales que rodean la vía. Fue disparada entre botas y uniformes oficiales.

Según sus compañeros, el joven indígena de 20 años falleció mientras lo trasladaban al Centro Asistencial de Piendamó. La arremetida oficial comenzó en la madrugada de este 2 de abril, cuando agentes del Escuadrón Antidisturbios (ESMAD) se lanzaron contra la multitud de indígenas y campesinos que se habían sumando a la Gran Minga en el punto de El Cairo (Cajibío). Colombia Plural constató con fuentes en el terreno los hechos.

Según testigos, que piden no ser citados por seguridad, los hechos se gestaron desde las 4:30 am. Primero, los agentes de la policía lanzaron gases lacrimógenos y, horas después, hacia de las 10:30 am, cuando la multitud se había agitado y dispersado, se escuchó la ráfaga de arma de fuego.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) ha denunciado en un comunicado: «Confirmamos con los siguientes hechos que la acción estatal atenta de forma directa contra los derechos humanos de todas las personas que nos encontramos en un ejercicio de movilización y protesta social, el cual reiteramos es un derecho fundamental consignado en la Constitución Política. Por tanto, condenamos las acciones represivas del Estado y su fuerza armada, pues nos encontramos ante una clara situación de vulnerabilidad e indefensión, entendiendo que nuestro ejercicio es una manifestación civil que vincula sujetos de especial protección como mujeres, niños y adultos mayores».

La minga se moviliza desde hace 22 días con el propósito de materializar los recursos (10 billones anunciado por el presidente, 4.6 billones adicionales que plantea la minga) y que por ley corresponden a las comunidades indígenas y campesinas movilizadas. Además de presionar al gobierno a dar marcha atrás a las leyes del despojo de tierras que adelanta, a frenar la matanza a líderes sociales y a implementar de verdad los acuerdos de paz.

La tensión va en aumento, pues justo para este martes estaba prevista la reanudación de las negociaciones entre el gobierno nacional y la minga social, que ya lleva casi un mes ocupando en distintos puntos la Vía Panamericana. Por su lado, el presidente de la República, Iván Duque, ha demostrado nulo interés por darle un tratamiento político a la movilización. Es por eso que los líderes de la movilización han organizado un concierto musical en el sector de El Pital con el fin de señalar la doble moral del presidente, que hizo un suntuoso despliegue oficialista el pasado febrero en la frontera con Venezuela, donde Duque presidió un “concierto humanitario” con el fin de presionar al gobierno de Nicolás Maduro.

Para los mingueros, el sentimiento de dolor que se respira en los puntos de concentración no opaca la firmeza con que se lleva a cabo la movilización. Las miradas continúan en alto y reina la idea de que la unidad entre campesinos e indígenas traerá buenos frutos para estas comunidades agobiadas por la violencia.