ANÁLISIS

Debate “a plomo”: la paz no llega al Senado

La sesión de este miércoles en la plenaria del Senado sobre la Jurisdicción Especial de Paz fue violenta. Ausentismo, politiquería, amenazas, insultos… El país vio indolente como no se pudo aprobar un acto legislativo clave para un proceso de paz que no prende entre los políticos.

El Centro Democrático llegó ayer a la plenaria del Senado cargado de tretas y de insultos. La presentación de 25 impedimentos de todo tipo en el debate sobre la Jurisdicción Especial de paz, la espantada a comer para evitar una votación imprescindible para el proceso de paz y la violenta participación del senador Carlos Felipe Mejía fueron los regalos del partido de Álvaro Uribe a un país poco pendiente de los aconteceres de un fast track que ayer, una vez más, fue frenado en seco. Desde Sabaneta y desde su cómoda cuenta en redes sociales, el líder de este partido de oposición tuvo tiempo en medio de la crisis Odebrecht / Óscar Iván Zuluaga para mirar con sus propias gafas una sesión en la que “varios ministros en la plenaria del Senado presionan para entregar la justicia a las FARC”.

Pero el encargado de violentar la sede del Congreso fue, una vez más, Carlos Felipe Mejía, quien llegó a amenazar a gritos a Jairo Estrada, vocero de Voces para la Paz, el movimiento ciudadano al que las FARC cedió sus curules cargados voz, pero no de voto, durante esta fase de implementación legislativa de lo acordado en La Habana. Ante los gritos reiterados de varios miembros del Centro Democrático y ante las “tácticas dilatorias”, Estrada planteaba que “no es con gritos ni con alaridos como se gana una argumentación… aquí tenemos…”. “¡Con plomo…!”, le gritó Mejía desde su curul. “¿Me está usted amenazando, senador?”, respondió Estrada. “¡Con plomo!”, repitió Mejía… Desde la otra punta del plenario, Francisco Toloza, de Voces, le espetó entonces… “¿Con motosierra?”. Eso terminó de sacar de sus casilla al senador uribista quien lo llamó sinvergüenza. “Que maravilla sería que este esperpento de la Jurisdicción Especial de Paz se hunda, que este intento de entregar el país a los narcoterroristas se hunda por la ausencia de los senadores del Centro Democrático, le estaríamos haciendo un favor a la mayoría del país”, seguía Mejía mientras el presidente del Senado le quitaba la voz a su micrófono.


El episodio, que sería de extrema gravedad para cualquier observador desprevenido de la actualidad colombiana, no ha provocado mayor escándalo en el país. Los medios nacionales han puesto estas amenazas al mismo nivel que el rifirrafe entre dos compañeros del Partido de la U –Armando Benedetti y Mauricio Lizcano- o que el regaño de Claudia López a diestra y siniestra de su escaño verde. Se puede amenazar e insultar en el senado y el presidente del mismo, tras consultar el reglamento interno, se limitó a pedir a todos los senadores que respetaran al prójimo.

El senador Juan Manuel Galán rogaba al presidente del Senado que confirmara que no había quórum y suspendiera la sesión. “No podemos seguir dando este espectáculo lamentable y vergonzoso ante el país”. El país, aparentemente, estaba en otra cosa. Los trending topics de ayer en twitter tenían que ver con Oneida Pinto, con el Día Internacional de las Mujeres o con #MiSerieFavorita. En las calles, la vida lleva otros rumbos.

El resultado de esta tormentosa sesión fue que la JEP no fue ni tan siquiera votada en este cuarto y último debate, sino que deberá esperar al plenario del próximo lunes. Quedó demostrado que, mientras en los territorios comunidades, víctimas, funcionarios y guerrilleros empujan el proceso de paz, en el Senado siguen siendo más importantes las agendas políticas electorales o de coyuntura, que el proyecto de un país sin conflicto armado.

Tampoco parece que tengan muy claro el valor histórico de este momento los miembros de la alianza de la Unidad Nacional que, supuestamente, apoyan al Gobierno de Santos en este empeño. Ni siquiera se presentaron la mayoría de los senadores del partido del presidente de la República. La plenaria daba tristeza: con sólo 50 senadores presentes al final del día, cuando hay curules para 102. Desde que a las 10 a.m. se denotó la falta de interés de los representantes populares, diferentes organizaciones lanzaron las alertas por redes sociales, pero no surtieron efecto durante las 9 horas que duró esta sesión estéril.

Ayer, a los presentes, sí les dio tiempo a tumbar «la ponencia alternativa» presentada por el senador del Polo Democrático Alternativo, Alexánder López Maya, para tratar de poner a las víctimas en el centro de este Proyecto de Acto Legislativo. También dedicaron horas a resolver la avalancha de impedimentos presentados por legisladores del Centro Democrático, que argumentaban o estar incursos en investigaciones por parte de la Corte Suprema de Justicia, o haber sido víctimas de las FARC, o tener familiares en las fuerzas militares. Todas fueron rechazadas.

Quedó para la plenaria deberá votar la ponencia negativa presentada por la senadora de la Alianza Verde, Claudia López, quien plantea que el articulado sometido a discusión deja por fuera la responsabilidad de mando de las Fuerzas Militares y deja impunes a las FARC.