¿Quién es el principal victimario en Colombia?

Los imaginarios instalados en la opinión pública no coinciden con la realidad. Según Forensis 2016, la memoria anual sobre violencia de Medicina Legal, las Fuerzas Militares y sus miembros, así como policías, policías judiciales y servicios de inteligencia fueron los principales victimarios.

Las conclusiones del último informe estadístico sobre violencia en Colombia hecho público por el Instituto de Medicina Legal son optimistas. “De 2.713 homicidios en 2002, se pasó a tan solo 210 en 2016. Esto significa 776,91 % menos de muertes por conflicto armado y violencia social en Colombia. Mejor resultado no se podía esperar”. Y hay razones para ser optimistas. En 2016, del total de muertes violentas registradas en el país (25.438, de las que 11.585 fueron homicidios), sólo 210 son atribuibles a violencia política. Aunque hay un subregistro porque muchos asesinatos políticos son registrados como vendettas personales o violencia interpersonal, la cifra es muy baja y no llega al 2% del total de muertes en el país. A diferencia, de los suicidios, que crecieron un 11,70% respecto a 2015 y que sumaron 2.068 (un 17,85 % del total) o los accidentes de transporte, que aumentaron un 5,75% para llegar a las 6.884 muertes (un 59,4% del total). La guerra hace tiempo que es lo que menos mata en Colombia.

La densa memoria de 649 páginas, sin embargo, no destaca algunas cifras que son muy reveladoras. En el caso de las muertes por violencia sociopolítica, cuando Medicina Legal identifica al victimario o agresor, los datos son contundentes. Del total de muertes relacionadas con el conflicto socio-político registradas entre 2004 y 2016, el 47,96% son atribuibles a las Fuerzas Militares. Es decir, de las 16.014 personas con nombre y apellidos, con historias y familia, asesinadas en esos 12 años, 7.680 fueron víctimas de las Fuerzas Militares. En ese mismo periodo, la guerrilla de las FARC aparece como segundo victimario, pero a distancia: 3.162 víctimas que suponen el 19,75% del total. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) aparece de forma marginal con 555 víctimas (un 3,46% del total). Las bandas criminales herederas del paramilitarismo (Bacrim), con un 4,63%, y otras guerrillas, con el 3,62%, también aparecen en esta lista del horror.

Las 7.680 personas que murieron a manos de los diferentes cuerpos de las Fuerzas Militares entre 2004 y 2016, 4.302 cayeron en acciones militares, 3.369 en confrontación armada (no especifica el anuario si ahí se incluyen los falsos positivos), 5 en agresiones directas contra grupos marginales y 4 como consecuencia de actos con explosivos.

Las estadísticas de Medicina Legal tampoco destacan un dato abrumador en el caso de la violencia interpersonal. Ahí, en este tipo de violencia, está el núcleo de la enfermedad violenta de Colombia. Según las estadísticas referidas a 2016, el 24,4% de los casos en los que el victimario está identificado es atribuible a miembros de las fuerzas armadas, de policía, de policía judicial o de servicios de inteligencia. Hablamos de 15.359 casos de los 62.922 en los que el agresor está identificado. Sin embargo, sólo en 58 de esos casi 63 mil casos (un 0,092%) el victimario es identificado como miembro de grupos alzados en armas.

El mito dominante de que todos los problemas de violencia vienen del conflicto armado se deshace en las cifras no completas de Medicina Legal (ya que la institución reconoce un problema para coordinar el registro de datos entre instituciones). Y el mito que sitúa a las guerrillas como victimarios número uno en las últimas décadas se topa contra una realidad brutal. Casi la mitad de las muertes violentas relacionadas con el conflicto político y armado son atribuibles al Estado.