“Si pregonan que ganaron la guerra… allá ellos. Nosotros queremos ganar la paz”

Timochenko, el comandante en jefe de las FARC-EP, instala la X Conferencia de las FARC insistiendo en la apuesta por un proceso sin vencedores ni vencidos

En 19 minutos, el máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), Timoleón Jiménez, puso “el destino de Colombia” en las manos de los delegados y delegadas que participan en la X Conferencia nacional de la organización. Aplaudieron cerca de 500 guerrilleros y guerrilleras, que estaban formados pero relajados desde antes de las 6:30 a.m., esperando la instalación de esta asamblea, la máxima instancia de decisión de las FARC.

Toda la simbología de las FARC en camisetas y gorras de una tropa presente de la que un 40% son mujeres. Caras de alegría, también de cansancio, por las intensas cinco semanas de trabajo para levantar las instalaciones de esta Conferencia. “Vamos a salir de la guerra, pero a este paso vamos a salir delgaditicos”, bromea un guerrillero. Aunque la X Conferencia y sus algo más de 200 delegados son los que deben ratificar los acuerdos de La Habana y certificar esa salida de la guerra, el ambiente ya es de fin del conflicto. De hecho, en la zona de tarima donde se ha instalado la Conferencia no había ni una sola arma. “Contrariamente a como lo pregonan nuestros contradictores y críticos gratuitos, las FARC-EP nos hallamos muy lejos de ser una organización de exclusiva naturaleza militar, regida por los caprichosos criterios de un cuerpo de mandos ambiciosos”, arrancaba Timochenko desde el estrado, después de que una pareja vestida de civil y de blanco arrancara la ceremonia.

P1120500

Victoria Sandino es una de las dos únicas mujeres sentadas en el Estado Mayor General de las FARC. Foto: P. Gómez Nadal

Los 32 miembros del Estado Mayor Central de las FARC, con sólo dos mujeres sentadas en él (las comandantes Victoria Sandino y Erika), vestían de civil, sonreían, mostraban sus camisetas con el lema de la X Conferencia: “Reconciliación Nacional, Paz con Justicia Social y Democracia Avanzada”.

Y de eso ha hablado el máximo jefe de la guerrilla, que en sus agradecimientos ha seleccionado con cuidado los nombres de referencia: Manuel Marulanda, Jacobo Arenas, Hugo Chávez – “el presidente eterno”- y Bolívar. Nadie más. O sí… todo el tiempo presente el pueblo –o como matizó fuera del discurso escrito: “la masa”-, al que según Timochenko, las FARC-EP le deben su supervivencia y para el que ahora quieren ganar la paz. “Si nuestros adversarios quieren pregonar que ganaron la guerra, allá ellos. Para las FARC-EP y nuestro pueblo, la mayor satisfacción será siempre haber ganado la paz”.

El miedo a lo que viene

No sólo guerrilleros y prensa nacional e internacional escuchaban a Timoleón Jiménez. Unas decenas de campesinos de caseríos cercanos se perdían entre el público. Miriam tiene 65 años y es enjuta y recia, como el severo clima de la sabana de Yarí, el elegido escenario para la Conferencia. “Yo desde niña sólo he odio hablar de guerra”. Recuerda cuando las FARC estaban naciendo y ella tenía sólo 7 años. “Allá por Ariare, en los Llanos, casi no se les veía. Eran como los yulos, salían a la playa a bañarse y volvían rápido a la cueva”. Va acompañada de un nieto y de un hijo y los tres quieren soñar con vivir en paz. “Lo que pasa cuando a uno le entra la desconfianza es que da miedo que ahora se metan los paras por todas partes y que esto no funcione”. Marlon, su hijo, cree que un proceso de paz que no desarme a todos tiene demasiados riesgos.

«Lo que pasa cuando a uno le entra la desconfianza es que da miedo que ahora se metan los paras por todas partes y que esto no funcione”

Algo parecido le ocurre a las guerrilleras y guerrilleros concentrados acá. Casi ante cualquier pregunta (¿cómo imaginas tu reintegración?, ¿qué piensas que ocurrirá cuando acaben los 180 días de concentración?…) la respuesta es “depende de si se cumplen las garantías”. El comandante Pablo Atrato, del Frente 57, que opera en el Chocó, asegura con una mueca que hay un plan para que los campesinos de sus zonas de influencia no sufran retaliaciones. “Debe funcionar, son parte de las garantías que hemos acordado”.

Discurso completo Timochenko

Ahí, en la seguridad de guerrilleros y civiles en las zonas de guerra, se juega buena parte de la credibilidad del proceso. Y de la confianza de una tropa de las FARC-EP que no está 100% segura del futuro.

Timochenko

En la seguridad de guerrilleros y civiles en las zonas de guerra, se juega buena parte de la credibilidad del proceso

 

Timochenko ha dedicado un cuarto de su discurso a insistir en el carácter democrático de la organización. Ha dado detalles de las asambleas, votaciones y discusiones que se dan al interior de las FARC-EP y también ha insistido en un discurso de reconciliación sin vencedores. “Las FARC no sólo resistimos la más larga y violenta embestida emprendida por el poder imperial y sus aliados del capital nacional y el latifundio, contra un ejército guerrillero y un pueblo declarado en rebeldía, sino que hemos conseguido sentarnos a una mesa de conversaciones con ellos, y sacar avante un Acuerdo Final de Terminación del Conflicto, con el que queda definitivamente claro que en esta guerra no existen vencedores ni vencidos, al tiempo que nuestros adversarios se ven obligados a reconocer nuestro derecho pleno al ejercicio político, con las más amplias garantías”.

Queda ahora una semana de discusiones para dar dos pasos, según ha detallado el comandante en jefe de la organización armada –“de naturaleza rigurosamente política”-: la ratificación de los acuerdos que los hará “de obligatorio cumplimiento” para todos los miembros de esta guerrilla, y los primeros pasos hacia su tránsito a movimiento político legal, para lo que se convocará un congreso constituyente.

La lluvia ha comenzado a acariciar la sabana dos minutos antes del final del acto. “Nuestra responsabilidad ética e histórica es hoy mayor que nunca”, insistía Timochenko antes de cerrar con esa contundente frase que fue la señal para terminar un acto en el que no hubo “rompas filas” porque estuvo limpio de retórica militar. Hasta en eso.